Hace 140 años el coronel Lilly dijo: "Aprovecha lo que descubras y haz que sea cada vez mejor." Era un momento en el que muchas enfermedades que hoy podemos tratar o prevenir no tenían cura. Existían pocas garantías, los tratamientos eran inseguros y no habían sido probados. Muchas personas sufrían falta de atención médica. Por ello, el coronel se dispuso a llevar al mercado medicamentos seguros y eficaces. Esta misión, que ha permitido que durante 140 años se haya mejorado la vida de las personas, fue mucho más que una manera de entender el medicamento, se convirtió en un compromiso con los pacientes, los profesionales sanitarios, los empleados, las comunidades y la sociedad.
La evolución de la industria farmacéutica está marcada, sin duda alguna, por el espíritu de Eli Lilly y su intención de combinar el rigor científico y la pasión por el descubrimiento con el cuidado de las personas y las comunidades a las que una empresa sirve, siempre con el foco puesto en la mejora continua. El reto de "hacerlo mejor" ha inspirado a la empresa todos los días, desde hace 140 años, y el éxito ha sido posible gracias a empleados implicados, que promueven la diversidad, la inclusión y el diálogo.
La inversión de Lilly en I+D ha permitido marcar el curso del sector farmacéutico en varias ocasiones, generando valor a la sociedad. Avances tan importantes como convertir la diabetes, una enfermedad mortal, en una dolencia tratable e introducir la insulina como primer producto disponible en el mercado mundial, supuso un antes y un después en la investigación y producción farmacéutica, sentando bases para el futuro. Fruto de ello y del trabajo de los científicos se consiguió descubrir y desarrollar nuevos antibióticos, medicamentos innovadores para tratar enfermedades mentales, neurodegenerativas y oncológicas, nuevos agentes para el tratamiento de la diabetes, la osteoporosis y en un futuro próximo aspiramos a contribuir en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, enfermedades autoinmunes, etc.
En el devenir del sector, la colaboración entre entidades públicas, privadas, instituciones y entorno académico ha sido un pilar clave. Ha permitido acelerar la comprensión de muchas patologías, identificando y promocionando soluciones sostenibles exitosas y permitiendo que puedan ser reproducidas, también en países con escasos recursos, para beneficiar a más personas. Colaboraciones como la Alianza NCD para hacer frente a las enfermedades no transmisibles, en concreto la diabetes, o la Asociación Lilly MDR-TB, para la tuberculosis resistente a múltiples fármacos. Así, tan importante son los tratamientos como garantizar que aquellos que necesitan beneficiarse de ellos tengan acceso de forma sostenida.
Un ejemplo de este esfuerzo por contribuir a la sostenibilidad del sistema es la existencia, en España, de la Fundación Lilly, creada hace ya 15 años para favorecer el desarrollo del conocimiento científico y la mejora del sistema sanitario a través de actividades que contribuyan a mejorar la salud de los ciudadanos.
Es necesario revolucionar la manera de descubrir, desarrollar y fabricar con el fin de aportar nuevos tratamientos aún más rápido. Así, sin perder de vista la sostenibilidad de los sistemas y la accesibilidad, seguiremos investigando para encontrar un compuesto que tenga el potencial para convertirse en un nuevo fármaco. Creemos en la implicación y experiencia de nuestros 6.000 científicos, que publican 8.000 artículos anualmente en base a sus investigaciones, dedicando el 24% de nuestras ventas a I+D. Ésta es la forma de seguir impulsando el desarrollo de nuevos medicamentos, contribuyendo al conocimiento científico e impulsando nuevas vías de investigación.
No se sabe quién descubrirá el próximo avance médico, pero la industria necesita las mejores mentes para encontrar tratamientos seguros a enfermedades complejas. Aprovechemos el talento y proporcionemos entornos que fomenten la innovación, la creatividad, el aprendizaje continuo, la diversidad de experiencias y el emprendimiento. Impulsemos nuevos valores y sigamos apostando por programas de voluntariado, haciendo extensible el perfil filantrópico de Eli Lilly, que nos permiten implicarnos a nivel personal con las necesidades del entorno, desarrollando el lado humano y social.
Si hay algo que ha caracterizado 140 años de actividad ha sido hacer evolucionar la acción social hacía un modelo negocio basado en la responsabilidad social corporativa, desde el concepto de valor compartido a través del diálogo con los grupos de interés. Y así, debemos seguir actuando 140 años más, desde la integridad, la excelencia y el respeto por las personas, dando respuestas desde el diálogo, la transparencia y la confianza.
Fuente: eleconomista.es