Las cosas que dañan nuestra memoria y otros procesos cognitivos no hay que buscarlas muy lejos, pueden estar tan cerca como en el botiquín del baño o en la mesa de noche.
Mucho nos interesa cómo ser más listos o simplemente cómo esquivar el alzhéimer. Preguntamos por medicamentos o complementos que nos hagan recordar mejor, que lleven salud a nuestras neuronas, cuando tal vez las famosas neuronas estarían la mar de contentas solo con que eliminemos esa pastillita de antes de acostarnos.
En este artículo vamos a hablar de fármacos que se sabe que afectan nuestros procesos cognitivos, esos que ya explicamos en un artículo anterior y que incluye funciones como la memoria o el pensamiento. Solo mencionaremos los tipos de fármacos más conocidos, pero que sepas que hay más.
Fármacos que afectan tu memoria.
Fármacos usados para controlar la acidez y otros síntomas estomacales
Ejemplos: omeprazol y el esomeprazol
Todos coincidiremos en que la muestra más extrema de daño a la memoria y otros procesos cognitivos es la demencia. Pues bien, hay unos fármacos muy usados llamados inhibidores de la bomba de protones (IBPs) que aumentan significativamente el riesgo de demencia.
¿Que no sabes qué son los inhibidores de la bomba de protones? Yo creo que sí sabes ¿Te suena el omeprazol y el esomeprazol? Pues eso son IBPs. Y ahora permíteme una anécdota. Hace algo así como dos años fui al médico precisamente porque tenía mucha acidez estomacal. Él, que es encantador, enseguida me dijo que tomara omeprazol y que no me preocupara, que eso podía estar la vida entera tomándolo.
A mi aquello me pareció una locura, pero no dije nada, lo que sí no tomé el omeprazol. Hace unos meses me tocó tomar antibióticos y para prevenir más daño al estómago, una nueva doctora me lo mandó. Esta vez sí advirtiéndome que limitara su uso a los estrictamente necesario ¿Qué paso entre medias que determinó actitudes tan contrarias?
Pues sucedió que dos estudios han sacado a la luz el riesgo que para nuestra salud cerebral representa este tipo de medicamentos. Así que tú nada de creer que para toda la vida, solo lo necesario.
Medicamentos con efecto anticolinérgico
Ejemplos: atropina, escopolamina.
Es difícil dar una dimensión exacta de cuán extendido está el uso de fármacos con un efecto anticolinérgico y cuánto influyen en nuestra salud cerebral (negativamente). Estamos hablando de compuestos (además de los mencionados arriba) como la clorfeninamina, el metocarbamol o la ranitidina.
Afectan la memoria y la atención, llegando a elevar el riesgo de delirium en los adultos mayores.
Fármacos antidepresivos
Ejemplos: Amitriptilina, clomipramina, imipramina
Los ejemplos anteriores se corresponden con los llamados antidepresivos tricíclicos, que son los que más afectan nuestras habilidades mentales. También es verdad que su consumo ha disminuido mucho debido a las nuevas generaciones de fármacos antidepresivos, que tienen menos efectos secundarios.
Fármacos para la ansiedad (benzodiacepinas)
Ejemplos: diazepam, flurazepam, lorazepam, alprazolan
Ja, las benzos ¿Qué decir de unos fármacos que son casi un ícono cultural? ¿En cuántas pelis has visto mencionar el Valium (diazepam)? Yo en muchas, igual que muchas son las personas que las toman. Si eres una de ellas, seguramente ya sabes lo que hacen con tus habilidades mentales.
Las benzodiacepinas disminuyen la velocidad con la que procesas y respondes a lo que te rodea, de ahí que muchos se quejen de que están como en cámara lenta. También afecta la memoria, no faltaba más.
Fármacos para alteraciones cardiovasculares
Ejemplos: digoxina, disopiramida, quinidina
Muy poco conocidos por afectar nuestra memoria y demás procesos cognitivos, pero sí se han encontrado elementos en ese sentido, en especial con la digoxina. Este último puede llegar a provocar delirium.
Fármacos empleados en el tratamiento de la epilepsia (anticonvulsivos)
Ejemplos: fenobarbital, topiramato
En el artículo en el que hablamos de los problemas cognitivos que surgen en las personas con epilepsia, mencionamos que una de las principales causas era la medicación, sobre todo en aquellos casos en que se estaban usando fármacos más antiguos.
Afectan no solo a la memoria, sino además al lenguaje, la atención y a las funciones ejecutivas.
Mayor número de fármacos durante más tiempo, peor.
Si en algo hay coincidencia es que el uso de varios fármacos, por ejemplo, un ansiolítico más omeprazol y otro medicamento para la depresión (caso nada raro, por cierto), aumenta el riesgo de que nuestra memoria y demás procesos cognitivos se vean afectados.
Una mayor duración del tratamiento y dosis más elevadas de los compuestos también aumentan el riesgo de alteraciones cognitivas.
En algunos casos ese daño es reversible una vez se elimine el fármaco (bajo supervisión médica, que los rebotes pueden ser de cuidado), pero en otros existe la duda de si la afectación queda y se va acumulando junto a otros factores que también atentan contra la salud cerebral.
¿Qué hacer?
Aunque en muchas ocasiones tomar determinado medicamento es obligatorio, en otras existen alternativas. No es raro el caso de una persona que lleva 10 años o más tomando la misma pastilla para dormir, la cual seguramente ya apenas le hace efecto.
Pero él/ella sigue tomándola y su médico recetándola ¿No vale la pena intentar otras alternativas? O probar si realmente sigue siendo necesaria, los resultados pueden sorprender.
Disminuir la dosis y el número de fármacos que se toman, cambiar a compuestos más actuales y con menos efectos secundarios: todas son alternativas que puedes valorar si quieres cuidar un poco mejor tu cerebro.
Fuente: 2ti.es