Con el paso de los años todos los órganos del cuerpo se van deteriorando, y van perdiendo su capacidad para desempeñar todas sus funciones de forma óptima.
En vista de esto, muchas personas están adoptando hábitos para mantenerse en forma y prevenir que, a largo plazo, su calidad de vida desmejore.
No obstante, pocos le prestan la atención suficiente a su salud cerebral, que suele ser una de las más afectadas en la vejez y que, de no entrenarse, puede conducir a problemas mentales, pérdida de la memoria o dificultades para dormir, entre otros.
Tener un buen funcionamiento cerebral y cognitivo a pesar del paso de los años es algo que se puede lograr con la adopción de buenas costumbres y ejercicios. Por ello, en esta ocasión vamos a compartir 8 consejos que puedes aplicar para mantener este importante órgano en forma.
1. Realizar actividad física regular
El ejercicio físico fortalece las células cerebrales, las conexiones entre ellas y, de hecho, se cree que podría estimular la creación de nuevas células nerviosas.
Este hábito contribuye a mejorar el flujo sanguíneo, previniendo problemas cardiovasculares y reduciendo el riesgo de alzhéimer y otras demencias.
Hay pruebas que demuestran que el cerebro se beneficia hasta con la actividad física de bajo impacto, en especial cuando se combina con una dieta sana, actividad mental e interacción social.
Los recomendados son:
- Caminar.
- Andar en bicicleta.
- Cultivar un jardín.
- Jugar fútbol.
- Bailar.
- Saltar la cuerda.
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2. Alimentación saludable
Una mala alimentación conduce a sufrir de colesterol alto y otros problemas cardiovasculares que incrementan el riesgo de sufrir un daño cerebral.
Una dieta baja en grasas y colesterol, basada en vegetales verdes, frutas y cereales, ayuda a proteger las células cerebrales.
Algunos de los alimentos aconsejados para el cerebro son:
- Espinacas.
- Brotes de alfalfa.
- Brócoli.
- Remolacha.
- Pimientos rojos.
- Cebolla.
- Coles de Bruselas.
- Pescado azul.
- Semillas.
- Frutos secos.
3. Tener más interacción social
Las relaciones sociales forman parte de la vida de toda persona desde su infancia y cumplen un papel determinante en el desarrollo cognitivo.
Mantener conexión con otras personas, participar de actividades culturales o practicar algún deporte grupal podría tener un efecto protector contra la demencia.
En este sentido, algunos consejos para aplicar pueden incluir:
- Mantenerse activos en el trabajo.
- Unirse a grupos comunitarios y causas de interés público.
- Inscribirse en clubes de juegos de naipes, de baile o cualquier otro tipo de grupos sociales.
- Emprender viajes.
4. Mantener la calma
Estar sometidos a un constante estrés físico y mental podría a largo plazo provocar problemas de memoria y dificultades en el proceso de aprendizaje.
Lo mejor es afrontar las situaciones con una actitud positiva y tratando de mantener la calma sin importar la situación. Al fin y al cabo, ¿de qué sirve estresarse?
5. Dormir bien
Todas las noches, al descansar el cuerpo, el cerebro se mantiene activo desempeñando funciones que durante el día le son imposibles de realizar.
En este tiempo se consolida la memoria de las experiencias y nuevos conocimientos adquiridos durante el día y se elimina todo aquello que es inservible.
Tener un sueño corto, interrumpido o simplemente no tenerlo está provocando una alteración cerebral inmediata que se puede ver reflejada con las dificultades mentales al día siguiente.
Se aconseja organizar los horarios de sueño y procurar que este sea de mínimo 7 horas, sin interrupciones.
6. Aprender todos los días
El proceso de aprendizaje empieza desde el nacimiento y no termina jamás. Entrenar la memoria con un constante estudio y fortalecimiento es una de las mejores formas de gozar de buena salud cerebral.
La memoria suele funcionar de forma óptima hasta una edad de 30 años. A partir de esa edad es muy importante ejercitarla con lecturas, escrituras, juegos o cualquier otra actividad que la mantenga más activa que nunca.
7. Leer un libro cada semana
Es increíble como algo tan placentero como la lectura puede fortalecer el cerebro e impedir su deterioro.
El leer de forma frecuente aumenta la capacidad de concentración, favorece las conexiones entre neuronas y es uno de los mejores entrenamientos para evitar la pérdida de la memoria en la vejez.
Fuente: http://mejorconsalud.com