Las obras de ampliación comenzaron hace poco más de quince días y avanzan a buen ritmo en la sede que la Asociación de Familiares y Enfermos de Alzheimer (Afami) tiene en la calle Ciudad de Vierzon, 52. Allí se creará una nueva zona destinada al cuidado de enfermos que la presidente del colectivo, Eulalia Mallofré confía en poder estrena en menos de dos meses. «El día 1 de diciembre espero que entre el primer paciente» de entre los 16 y 20 que podrán albergar las nuevas instalaciones.
El número definitivo está por concretar, todo depende de los ratios de espacio y baños necesarios marcados por la Junta de Castilla y León. Mallofré se muestra esperanzada con poder llegar a la veintena. «Dar cabida a 4 personas más, aunque parezca un número pequeño, es algo muy importante para nosotros», reconoció.
De hecho, no se crearían 20 plazas, serían el doble. Ya que unas se ocuparían de lunes a viernes por un grupo y por otro los fines de semana. Una buena medida para aliviar una lista de espera en la que en estos momentos están inscritas 97 personas para participar en unos o en otros servicios.
Mientras avanzan los trabajos, la asociación seguirá trabajando para recaudar el dinero con el que completar el pago del mobiliario. Cuentan con una subvención regional que cubre el 80% de la inversión, pero el resto corre por su cuenta. Además, de la adquisición de algunas cosas que en su momento no se incluyeron en el presupuesto de necesidades, como puede ser un lavavajillas industrial, necesario ya para atender a tanta gente, o cosas más sencillas como unas cortinas.
El dinero que les hace falta esperan recaudarlo gracias a la venta de los programas de la Virgen de Altamira -lo que se saque será para el colectivo- y también con la tradicional tómbola que desde hace años Afami organiza por las fiestas.
Abrirán de viernes a domingo en la calle San Agustín, frente a la sede de la Cruz Roja. Allí todos los que quieran colaborar con ellos podrán comprar sus boletos. De momento, cuentan con 890 paquetes pero Mallofré está convencida de que llegarán a los mil.
Cuando pasen esos días comenzarán a trabajar en el programa de sensibilización a los familiares sobre la importancia de donar el cerebro de los enfermos para que tras su muerte se pueda seguir investigando sobre las causas. A ello dedicarán un plazo de entre 3 y 6 meses, en el que contarán en la ciudad con neurólogos y expertos para participar en coloquios o mesas redondas.
Fuente: elcorreo.com
