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Afami reduce su lista de espera tras registrar en medio año una treintena de altas y bajas de usuarios

El 80% de los enfermos que han dejado el centro de día en 2013 lo han hecho para ingresar en una residencia privada

Mantienen todos los servicios completos y la lista de espera no ha desaparecido, pero sí se ha reducido considerablemente respecto a otros años. Los plazos son mucho más cortos. La situación resulta casi novedosa para los responsables de la Asociación de Familiares Enfermos de Alzheimer de Miranda (Afami). «Ahora hay que esperar muy poquito para entrar al centro de día. No tiene nada que ver con lo que ocurría hace solo dos o tres años», valoró María Rosa García, psicóloga del colectivo.

Algo a lo que en estos momentos está contribuyendo el hecho de que están teniendo muchas altas y bajas en el servicio. En el primer semestre del año han contabilizado hasta 29 salidas y, la mayoría de ellas, algo que llama especialmente la atención en estos momentos de crisis económica, tienen como argumento el traslado del usuario a una residencia privada. «Hasta el 80% han estado motivadas por ingresos en ese tipo de centros», apuntó.

Es una circunstancia que les ha sorprendido bastante a la hora de hacer un recuento de los enfermos que están teniendo esta temporada. Y es que optar por un instalación asistencial de carácter privado supone hacer un desembolso importante, «una cantidad elevada» todos los meses. Aunque hay que entender, y eso es algo de lo que los responsables de Afami son muy conscientes, que llega un momento en el que «es difícil mantener al enfermo en casa».

Es precisamente el considerable número de bajas que se han acumulado en los primeros seis meses de 2013 lo que, justamente, les ha permitido dar una mayor agilidad a la lista de espera. «La gente que necesita entrar al centro de día en seguida puede optar a algún servicio, ya sea para venir un par de días de lunes a viernes o los fines de semana. Siempre podemos ofrecerles alguna alternativa, algo que antes no ocurría», reconoció.

Una circunstancia de la que también parecían ser conscientes las familias, ya que ahora, cuando las llaman, hay casos en los que se encuentran con que no era algo que preveían a tan corto plazo y se habían buscado alguna alternativas.

Eso no significa que haya vacantes. El centro de día cuenta con capacidad para 70 personas y se mantienen todas ocupadas. La única diferencia es que quien demanda una plaza tiene que esperar menos para conseguirla.

También están cubiertos los servicios de atención para enfermos en estadios iniciales, aquellos que acuden tres horas al día a las instalaciones de la asociación. Ahí tienen capacidad para otras 26 personas. «Son gente que todavía tiene bastante autonomía. Se trata de hacer algo de estimulación para intentar que el problema no vaya a más y conserven una cierta calidad de vida», detalló.

Días de respiro

A los servicios rutinarios, del día a día, para los usuarios, hay que añadir otro pensado en gran medida para ayudar a los familiares de los enfermos y que puedan disponer de tiempo para sí mismo. Y es que disfrutar de unas vacaciones, por pequeñas que éstas sean es fundamental.

Más cuando el trabajo del que se quiere desconectar es del de cuidadador de una persona con demencia o con Alzheimer. De ahí que las tres camas disponibles en la unidad de noche sigan teniendo una demanda importante. Aunque también es cierto que, como ya ocurriera el año pasado, es un servicio que no se solicita con mucha antelación.

De los dos o tres meses de antelación con que se buscaban las fechas hace un par de años, se ha pasado a preguntar quince días antes de las fechas en las que se quiere contar con una de las plazas. Incluso una semana antes. Ha cambiado la planificación, pero no ha caído la demanda. En julio la unidad ha estado llena y lo está prácticamente hasta final de verano, aunque todavía es posible encontrar algún hueco entre semana. Los fines de semana están completos. Y es que son los primeros que se ocupan, aunque no tan rápido como ocurre con fechas como Semana Santa o las fiestas de San Juan del Monte.

«Al principio de verano no teníamos mucha gente pero poco a poco se han ido llenando las camas», reconoció la psicóloga de Afami. Hasta final de septiembre está prácticamente completo. Y es que quienes solicitan el servicio ya lo conocen.

O bien porque ya se han beneficiado de esta opción en ejercicios anteriores o porque sus familiares acuden al centro de día. «Solemos conceder hasta quince días por usuario y año para que todas las familias que lo deseen puedan disfrutar de un periodo vacacional».

Eso sí, matizó García, en caso de «urgencia social o enfermedad del cuidador se buscan opciones para que se pueda prolongar ese tiempo». Y es que no se trata de colgar el cartel de 'completo', ni de tener lista de espera, si no de que todos aquellos que lo necesiten puedan acceder a este recurso por el que piensan seguir apostando aunque la eliminación de dos auxiliares les lleve a reestructurar el cuadro de trabajo. Y es que hay que garantizar personal para cubrir lasa 24 horas del día.

También les va a tocar hacer muchos números de aquí a final de año. El colectivo viene manejando un presupuesto anual que ronda los 700.000 euros y en este ejercicio han decidido ajustarse el cinturón y tratar de ahorrar unos 50.000 euros. Esa es la reducción que les gustaría alcanzar al cerrar el balance económico del año.

Fuente: elcorreo.com

Con la colaboración de