Los familiares y enfermos de Alzheimer y otras demencias se enfrentan diariamente a una difícil situación con la que están obligados a convivir y que superan muchas veces con ayuda de organizaciones, como AFYEDALCU, que ponen a su disposición diversos programas que llegan a convertirse en herramientas fundamentales en el día a día. Una situación que se ha complicado, más si cabe, con la crisis de la COVID-19 y el consiguiente confinamiento en casa, que ha supuesto un agravamiento de la enfermedad.
Conscientes de este nuevo escenario, desde la Asociación de Familiares y Enfermos de Alzheimer de Cuenca (AFYEDALCU) no se ha querido dejar solo a este colectivo y ha mantenido durante la pandemia su apoyo a la veintena de familias que venían utilizando sus programas de Unidad de Respiro y de Taller de Memoria, pero, eso sí, de una manera muy diferente a la habitual y con el teléfono y el correo electrónico como herramientas.
“No podíamos permitir que estas familias se quedaran desamparadas en una situación de encierro total en casa, con lo que eso supone para una persona con algún tipo de demencia. Pensamos que en ese momento, más que nunca, nuestra ayuda era muy necesaria ante el previsible empeoramiento de la enfermedad a consecuencia de la cuarentena”, explica Yolanda Carlavilla, trabajadora social de AFYEDALCU.
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