A Rosa Sánchez, presidenta de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer de Eivissa y Formentera se le escapan las lágrimas cuando habla de algunos de los últimos casos que ha atendido. «Estamos saturados. Para poder atender a esta gente necesitamos milagros», afirma con una mezcla de orgullo e impotencia. En estos momentos los 15 trabajadores que tiene la asociación atienden a un total de 189 personas a las que lamenta «no poder ofrecer todo lo que necesitan». Llegar a hacerlo pasa por contar con más personal y, sobre todo, con más presupuesto. La crisis también se nota en la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer (Afaef). «Tal y como están las cosas tenemos que llevar el jabón, el champú y las cremas cuando vamos a las casas de los enfermos porque hay veces en las que no tienen», comenta Rosa Sánchez. En los últimos meses, en su ruta diaria para ayudar a las familias ha visto muchas estanterías vacías y toallas con tantos «agujerillos» que apenas secan.
Parte del dinero que la asociación recaude con el festival que se celebra mañana por la tarde en Can Ventosa se destinará a comprar material para los afectados. «Toallas, alguna bata, mantas y calcetines», apunta la presidenta de la asociación poniéndose seria después del encuentro con buena parte de los artistas que actuarán en el festival. «Ellos no lo piden, pero nosotros sabemos que lo necesitan. Vemos que lo necesitan. Así que intentaremos darles alguna de estas cosas para paliar las necesidades de las familias con menos recursos», indica.
Rosa Sánchez señala que los casos de las familias de los afectados son cada vez más graves y confiesa que le duele profundamente no poder darles toda la ayuda que necesitarían. «Esta mañana ha venido una mujer, hija de un enfermo de alzhéimer, que no está bien de salud. Su marido se murió hace un año, su madre está paralítica y ella tiene que hacerse cargo de los dos», detalla. «Necesita muchas cosas. Necesita talleres, atención domiciliaria y descanso de fin de semana, pero solo le he podido dar un respiro [programa de atención para el enfermo para que el cuidador principal pueda disfrutar de unas horas para sí mismo] el domingo por la mañana, para que pueda ir a misa», añade casi llorando. «Lamentablemente, no podemos dárselo todo», insiste Rosa, que explica que en las próximas semanas un equipo de la asociación evaluará el estado en el que se encuentra su padre para ver si la enfermedad se encuentra en un estado avanzado y pueden incluirlo en alguno de los talleres.
Mismas subvenciones
La presidenta de la asociación apenas puede creerse que este año ninguna administración (Consell de Ibiza y todos los ayuntamientos) les haya reducido la subvención. «Nos han dado lo mismo que el año anterior», afirma, aunque reconoce que con unas aportaciones más cuantiosas podrían atender a más familias. La presidenta se queda hablando de las necesidades de las familias mientras los artistas se marchan a tomar un café. «¡Ahora voy!», les grita. Aún tienen que organizar el ensayo general, previsto para mañana por la mañana.
En estos momentos, la asociación cuenta con 15 trabajadores y 35 voluntarios. Ocho de los empleados de Afaef (siete auxiliares domiciliarios y un psicólogo) los paga el Servei d´Ocupació de les Illes Balears (SOIB). Aunque la presidenta de la asociación asegura que poder contar con estos trabajadores sin tener que pagar es «maravilloso», reconoce que lo ideal sería que esta plantilla fuera estable. «Nos gustaría tener siempre los mismos trabajadores en lugar de cambiar a parte de la plantilla cada seis meses. Cuando ya están acostumbrados a nuestra forma de trabajar y cuando las familias y los afectados los conocen se tienen que ir porque se les acaba el contrato y el SOIB envía a otros. Poder contar siempre con los mismos empleados sería un sueño hecho realidad», insiste.
El bienestar de los familiares de los enfermos de alzhéimer, especialmente de los cuidadores principales, es una de las cosas que más preocupa a Rosa Sánchez. Poder ofrecer más horas de respiro y de atención domiciliaria es ahora uno de sus principales objetivos. «Hay gente que necesitaría dos horas diarias y solo podemos ofrecerles dos horas dos días a la semana», lamenta. A la espera de poder aumentar el personal y el presupuesto para estos servicios, el fisioterapeuta de la asociación impartirá en breve un curso para enseñar a los familiares a mover a los enfermos que deben permanecer la mayor parte del tiempo en cama. «La intención es que no se lesionen la espalda», concluye Rosa Sánchez antes de marcharse a tomar un café con los artistas que actuarán mañana en el festival.
Fuente: diariodeibiza.es