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Alzhéimer: Encogerse de hombros y fingir no es la solucióneX03

El anuncio de la lotería de Navidad de este año ha herido muchas sensibilidades. Asociaciones de Mayores y pensionistas han mostrado su disgusto. Alguna asociación de alzhéimer ha intentado sacar provecho de lo que ya se ha difundido para destacar que ese “despiste” de Carmina es un síntoma de alerta. Y que lejos de disimular y encogerse de hombros, hay que pedir una cita con el neurólogo, para iniciar el tratamiento cuanto antes.

Pero en parte, y tal vez de forma inconsciente, el desafortunado anuncio refleja una realidad. Como lo hace con frecuencia la televisión, que toma el pulso a la sociedad en que vivimos. Frente al alzhéimer nos encogemos de hombros en muchas ocasiones. Son cosas de la edad, pensamos. Y quizá ese conformismo, ese no hacer más que lo imprescindible, limita a los pacientes más que la propia enfermedad, que cabalga a sus anchaseX03

El anuncio peca de sensiblero y poca gracia. Y tampoco muestra el crudo día a día de muchas familias que de verdad conviven con el alzhéimer. Lo cierto es que faltan recursos en primer lugar para las muchas necesidades que tienen los pacientes y sus familiares, que luchan para afrontar cada mes los muchos gastos que no cubre nuestro sistema de salud. Para facilitar a los cuidadores, en muchos casos familiares y en su mayoría mujeres, la conciliación de la vida familiar y laboral. Se necesita dinero para investigar mucho más y poner coto de una vez a esta devastadora patología. Hacen falta centros y profesionales de referencia, que analicen con lupa esta enfermedad neurodegenerativa, sin pensar que poco se puede hacer. Y por qué no, estudios epidemiológicos, en los que se chequee el estilo de vida de los afectados para tratar de sacar conclusiones. Y programas fuertes de prevención, que hoy por hoy parece ser la mejor opción. Hace falta una Ley de Dependencia ágil, que devuelva a las personas afectadas cuando lo necesitan lo que ellas han dado durante toda su vida a la sociedad con su trabajo (gracias a ellas hemos vivido bien hasta que empezó la crisis). Una Ley de Dependencia libre de trámites imposibles y tan largos que parecen destinados, más que ayudar, a que quien los solicita desista.

Lo audaz en el polémico anuncio hubiera sido un final diferente, como una donación de Hacienda de una parte de lo recaudado para investigar en alzhéimer. O que un porcentaje de lo invertido en la compra de cada décimo se dedicara a ese fin. Eso sí hubiera sido creativo y provocador. Lo demás, marketing para tocar nuestra fibra sensible y conseguir que compremos más décimos este año. Y todo esto sin olvidar que el juego, además de un pingüe negocio, para muchas personas no es otra cosa que una adicción difícil de superareX03

Fuente: abc.es

Con la colaboración de