La Fundación Maria Wolff ha creado los Criterios de Metodología para la Evitación de Sujeciones Químicas” (CHROME, CHemical Restraints avOidance MEthodology) con el fin de “promover el uso racional de psicofármacos y evitar los potenciales efectos secundarios de carácter muy graves en pacientes”, un proceso que culmina con la verificación de médicos externos recomendados por la Confederación Española de Alzheimer (CEAFA).
Estudios llevados a cabo en países desarrollados han motivado a las sociedades médicas a “alertar de la elevada prescripción inadecuada de psicofármacos en personas ancianas con demencias como el Alzheimer”. La Fundación Maria Wolff señala como “potenciales efectos secundarios de estos fármacos: las caídas y fracturas óseas, las infecciones como las neumonías y los infartos, los cuales implican una mayor mortalidad y una pérdida innecesaria de calidad de vida”.
Un problema social
La “sujeción química” figura denominada por los Criterios CHROME como “una administración inadecuada de psicofármacos suministrados por conveniencia organizativa o sin un diagnóstico neuropsiquiátrico”. Significa que se “pautan fármacos a enfermos para que permanezcan en la cama más horas de las que necesitan o también se proveen de fármacos sedantes a personas que reclaman atención o manifiestan conductas que molesten al entorno”.
Según señala la Fundación, “es completamente erróneo asumir que este problema se debe en exclusiva a los médicos, también está la presión social tanto de los gestores de los centros, como de otros profesionales que erróneamente exigen soluciones médicas a problemas que no son médicos, sino de convivencia o debidos a un modelo de gestión residencial obsoleto”.
A lo que añade, que “los familiares de los residentes también son en parte responsables de estas prácticas por su influencia en los especialistas para obtener fármacos o dosis más sedantes sin ser conscientes de los efectos adversos ni de la carga adicional que suponen los posibles efectos secundarios en el cuidado”.
Responsabilidad de los médicos, las residencias y la sociedad
Por todo ello, la Fundación Maria Wolff, crea los ‘Criterios CHROME’ con los que se “permite resolver de modo integral los retos médicos, farmacéuticos, organizativos y legales para la evitación de sujeciones químicas guiando a la vez una prescripción de psicofármacos de calidad”.
“Estas soluciones se llevan a la práctica en dos fases, primero se forma al personal sanitario y directivo de los centros en los Criterios CHROME y después, se empiezan a revisar todas las prescripciones farmacológicas de los residentes del centro y se ajustan a dichos criterios”, según explica la Fundación Maria Wolff.
Según vicepresidente de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria, el doctor Juan Luis Beltrán Aguirre, “la parte jurídica de los Criterios CHROME evidencia que el uso de ‘sujeciones químicas’ no tiene amparo en la Constitución Española y en las leyes, y que el uso inadecuado de psicofármacos puede acarrear responsabilidades legales”.
Una buena prescripción de psicofármacos mejora la calidad de vida y reduce costes
El presidente del Consejo Europeo de Sociedades Psiquiátricas Nacionales de la Asociación de Psiquiatría Europea y coordinador de auditorías de los Criterios CHROME de CEAFA, el psiquiatra Manuel Martín Carrasco, comenta que “con los Criterios CHROME ya no hay excusa para mirar hacia otro lado en temas de prescripción de psicofármacos. Los criterios incluyen todos los elementos necesarios para garantizar una prescripción de calidad evitando de ese modo cualquier sujeción química y efectos adversos innecesarios”.
Por su parte, el director científico de la Fundación Maria Wolff y del trabajo, el neurólogo Javier Olazarán, añade que “los criterios suponen un paso importante para ayudar a los médicos a diagnosticar adecuadamente a los residentes y optimizar el tratamiento farmacológico o evitarlo”.