El envejecimiento es la etapa de la vida en la que merman las funciones físicas y mentales. Se manifiesta a través de trastornos en la memoria, aprendizaje o falta de coordinación en los movimientos. Es importante diferenciarlo del Alzheimer, un tipo de demencia cuyos síntomas principales son la pérdida progresiva de memoria, cambios bruscos de personalidad y alteraciones en el lenguaje.
No existe un tratamiento curativo para el Alzheimer pero si se puede reducir su progresión y mejorar algunas facetas del paciente. Por ello es importante diagnosticar a tiempo para retrasar el avance de la enfermedad.
Para confirmar nuestras sospechas, la Alzheimer's Association dispone de un decálogo con las principales señales de advertencia:
- Falta de memoria en cosas cotidianas.
- Desorientación espacio-temporal.
- Dificultades para realizar las tareas cotidianas.
- Problemas en la visión a la hora de comprender imágenes o distinguir colores.
- Dificultades en el habla.
- Problemas para encontrar cosas.
- Cambios repentinos de opinión o de humor.
- Olvido o descuido de la higiene personal.
Existen maneras de hacer frente a la pérdida de memoria. La terapia de reminiscencia o el trabajo con recuerdos y sensaciones positivas contribuyen a mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados. Mediante esta terapia se ralentizan los efectos y el deterioro cognitivo.
Fuente: laopiniondezamora.es