En 2010 el universo alzhéimer más que buenas o malas noticias nos da lecciones y avisos. Se acaba de estrenar en San Sebastián el documental de Carles Bosch que narra el alzhéimer de Pasqual Maragall: Bicicleta, cuchara, manzana. En lo divulgativo y lo estético el testimonio es demoledor y exquisito. Los mensajes que lanzan la generosidad y el arrojo del ex presidente de la Generalitat son claros. El alzhéimer es la gran amenaza, quizás el responsable de la próxima crisis, se le ha de plantar cara, hay que aunar esfuerzos, investigar sin descanso, corre prisa encontrar la solución. "Juntos podemos", dice el lema de CEAFA con motivo del Día Mundial. Pero el documental parte del hecho irrefutable de que a Maragall le han diagnosticado el alzhéimer muy pronto y muy bien.
En los últimos cinco años hemos asistido al fracaso estrepitoso y frustrante de las modernas terapias dirigidas a eliminar o disminuir la proteína Beta-amiloide, la responsable de la enfermedad. La lección que se ha de aprender es muy directa. Si se pretende modificar el curso de la enfermedad, pararla o frenarla, se ha de intervenir mucho antes de que el cerebro esté demasiado dañado.
La enfermedad de Alzheimer se gesta durante años en el cerebro sin dar síntomas. Pasa después a dar los primeros fallos de memoria y termina produciendo demencia o pérdida de autonomía. Hoy se puede diagnosticar la enfermedad en esa segunda fase de fallos de memoria sin demencia. Hoy es imperativo modernizar los métodos de diagnóstico en las consultas de los especialistas.
Las nuevas técnicas de determinación de Beta-amiloide en el líquido cefalorraquídeo o el estudio del metabolismo cerebral mediante tomografía de emisión de positrones están disponibles y son asequibles. Es necesario volver a ensayar los tratamientos experimentales en las primeras fases de la enfermedad. Hoy se sabe que los fármacos que ya están disponibles pueden con toda probabilidad retrasar hasta uno o dos años la aparición de demencia en personas que tienen un alzhéimer inicial.
Que el testimonio de Pasqual Maragall sirva para fomentar la educación sanitaria de la población, estimular a los profesionales a actualizar su práctica y aleccionar a los responsables de las administraciones. La investigación no se entiende si sus resultados no llegan con agilidad a las consultas y los hogares de los enfermos.
Pablo Martínez-Lage es coordinador del Grupo de Estudio de Neurología de la Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología
Fuente: elpais.com