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Alzheimer, una enfermedad con múltiples necesidades

El alzheimer  sigue siendo uno de los mayores detos de la medicina actual. Esta enfermedad crónica para la que todavía no hay cura afecta a cerca de un millón de personas en España, 44 millones a nivel mundial. Lo alarmante es que, con el envejecimiento de la población, la cifra no deja de aumentar. Las previsiones son que su prevalencia aumente en los próximos años llegando a triplicarse en el 2050. El diagnóstico en etapas precoces es esencial porque, como afirma David Curto, jefe de gestión asistencial de Sanitas Residencial, “en estas etapas existen más herramientas para poder ralentizar el proceso y dar los mejores cuidados en cada fase”.

Cada etapa de la enfermedad dispone de diferentes alternativas de tratamiento que, asegura Curto, no tienen por qué ser siempre farmacológicas. “Hay tratamientos muy diversos, desde estimulación cognitiva, pasando por musicoterapia, hasta aromaterapia. El objetivo es intentar enlentecer el curso de la enfermedad”, añade. Para ello, en Sanitas Residencial han creado ‘La brújula de la demencia’, una herramienta para ayudar tanto a cuidadores como familiares a elegir el mejor cuidado en cada fase.

Se ha desarrollado a través de la captación de las necesidades de los residentes. “Son necesidades reales que se basan en la experiencia de los cuidadores, los residentes y las familias”. La brújula, con forma de rosa de los vientos, parte de un anillo central, que expresa el lema del decálogo de demencia impulsado por la Confederación Española de Asociación de Familiares de personas con Alzheimer y otras demencias (CEAFA) Puedo vivir bien con demencia. Está divida en ocho necesidades diferentes, y para cada tipo de necesidad se han desarrollado iniciativas concretas y formas de cuidado especializadas, tanto de carácter técnico como emocional.

 A través de unas necesidades que se habían detectado en todos los centros se analizaron los diferentes cuidados para determinar a qué necesidad concreta daban respuesta. En este análisis se detectó, por ejemplo, la necesidad de tener derecho a opinar sobre los cuidados y el apoyo que recibe. Para ello, se busca fomentar la participación de las familias en el cuidado del ser querido ofreciendo centros totalmente abiertos y que animen a las familias a involucrarse en los cuidados del residente. “Nosotros, por ejemplo, no tenemos horarios de visita, siempre se recibe a los familiares porque queremos que sientan que los centros son su casa”, explica el jefe de gestión asistencial de Sanitas Residencial. La idea es que los centros puedan trabajar con las familias de manera conjunta. Además, David Curto recalca que esta iniciativa ayuda a homogeneizar las respuestas que se dan en todos los centros. “Facilita que en un centro del País Vasco la respuesta sea la misma que en uno de Cataluña”, señala.

 Según la última edición del World Alzheimer Report publicado esta semana por la Alzheimer’s Disease International (ADI), con el apoyo de Bupa, conseguir retrasar la aparición de los primeros síntomas clínicos de la demencia una media de cinco años contribuiría a reducir su prevalencia en un 50%.

Fuente: saludymedicina.org

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