A Paqui, de 74 años, se le perdió la pista en la Plaza del Lavadero de Salobreña a la una de la tarde del sábado. «Es una búsqueda muy difícil. Es una mujer muy andarina y nos lleva seis horas de ventaja», confesó el responsable de Protección Civil de la villa granadina. Cuarenta voluntarios y policías peinaron el pueblo. La búsqueda terminó el lunes a las diez de la mañana. Mal. Una patrullera de la Guardia Civil encontró el cuerpo sin vida sobre unas rocas en un acantilado, a unos 40 minutos a pie del centro. La de Paqui es una tragedia que se repite cada seis días en España: un anciano con demencia inicial sale a la calle, camina sin rumbo y se pierde para siempre.
Cada año mueren en España más de medio centenar de ancianos con alzhéimer que salen a caminar, se desorientan y sufren un golpe o una caída. Las asociaciones especializadas aseguran que, de todos los casos de ciudadanos que desaparecen como si se los hubiera tragado la tierra, estos son los más fáciles de prevenir: un geolocalizador que cuesta entre 50 y 100 euros permitiría detectar de inmediato si se alejan de su entorno habitual. «Me produce impotencia porque no se van a la otra punta de España, sino ahí al lado, en un radio de 3 kilómetros de sus casas. Son muertes que se podían haber evitado», denuncia Joaquín Amills, presidente de SOS Desaparecidos.
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