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Ante todo, cariño contra el Alzheimer

El especialista en neurogeriatría, el doctro Asier Lasa ofrece mañana en Barrena una charla sobre el Alzheimer y otras demencias

Mañana miércoles, a las 7 de la tarde, en el palacio Barrena el doctor Lasa, neurólogo especializado en neurogeriatría, facultativo perteneciente al grupo de profesionales o cuadro médico de la Clínica de la Asunción de Tolosa y de Ordizia Osasun Zentroa, consultorio ubicado en el centro comercial de la Puerta del Sol (P-21), ofrecerá una charla coloquio sobre el 'Alzheimer y otras demencias'. Una enfermedad que afecta a cerca de 100.000 personas en toda Gipuzkoa, según datos de Afagi, Asociación de Familiares y Amigos de Enfermos de Alzheimer.

La enfermedad de Alzheimer es el tipo de demencia más común en nuestro entorno y la causa de invalidez, dependencia y mortalidad más frecuente en los mayores.

El Alzheimer se caracteriza, sobre todo, por la pérdida progresiva de neuronas en ciertas partes del cerebro que tienen que ver con diversas funciones intelectuales, en especial con el funcionamiento de nuestra memoria.

De todas formas, los humanos podemos padecer, a su vez, otras demencias diferentes, como la demencia vascular, la demencia fronto-temporal, las demencias por alcohol y otros tóxicos, o las debidas a enfermedades infecciosas del cerebro, explica el doctor Asier Lasa.

Diagnóstico precoz

Si bien se desconocen las causas de la enfermedad, el diagnóstico precoz tiene una importancia fundamental ya que con ejercicios y el tratamiento adecuado, es posible ralentizar el avance de la misa.

Los principales síntomas de alarma son los despistes, mayores de los habituales, mantenidos en el tiempo durante semanas o meses y generalmente percibidos por la persona que está al lado, más que por la propia persona protagonista.

A veces estos despistes son debidos a otros problemas, como el propio envejecimiento de cada individuo, un trastorno depresivo, un cuadro de ansiedad, circunstancias difíciles de la vida u otros factores, «pero otras, estos factores coexisten con el comienzo de una enfermedad de Alzheimer o con otros problemas neurológicos que afectan al cerebro», afirma.

En los últimos años, expone el doctor Lasa, hemos identificado más casos de enfermedad de Alzheimer y de otras demencias comparando con los que identificábamos antes. Fundamentalmente, destaca, se debe a que estamos más concienciados con el problema del Alzheimer y con las otras demencias, razón por la que los profesionales, y no profesionales, intentamos hacer un mayor esfuerzo a la hora de identificar estas patologías. También es verdad que el riesgo de padecer Alzheimer aumenta con la edad y ahora, por lo general, vivimos más años que antes, apunta el neurólogo.

De la misma manera, identificamos más casos de Alzheimer y otras demencias, en personas por debajo de los 65 años, porque poseemos más medios y herramientas clínicas para poder hacerlo, comparando con las que contábamos hace 10 años, por ejemplo.

En este contexto, subraya, resulta importante clarificar los términos de demencia y Alzheimer. La enfermedad de Alzheimer es un tipo de demencia y en nuestras consultas solemos ver al menos 10 tipos diferentes de demencias que pueden afectar a la persona, con cierta frecuencia. «La enfermedad de Alzheimer -insiste- es el tipo de demencia más frecuente en nuestro entorno, mucho más frecuente que el resto».

En lo que respecta al tratamiento de las personas con Alzheimer, la asistencia social, el apoyo a los familiares y el cariño a los enfermos juegan papeles de vital importancia. «Ante todo, cariño», afirma el especialista.

«La persona con Alzheimer puede mostrarse irritable, de mal humor, cabreada. En estados iniciales, porque no consigue arrancar el coche, porque su familiar le dice que tiene demasiados despistes, o por otros motivos. Hace falta comprender que cualquiera de nosotros puede padecer la enfermedad y en ese caso nos gustaría que nos tratasen con firmeza pero también con cariño», destaca.

«A partir de ahí están los fármacos, que pueden ralentizar la pérdida de memoria, y el apoyo familiar y social, incluyendo, entre esos recursos, las ayudas domiciliarias, los centros de día, o residenciales», concluye.

Fuente: diariovasco.com

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