«Nuestro objetivo no es buscar una diana terapéutica ni diseñar nuevos fármacos. Buscamos biomarcadores que permitan detectar la dolencia en su fase asintomática, cuando aún no presenta síntomas. Calculamos que tiene que ser al menos cinco años antes de que comience a mostrar los primeros indicios clínicos. Es ahí cuando hay que actuar de forma agresiva con la medicación».
Esto no quiere decir que no se esperen avances importantes. La explicación es de Tomás Sobrino Moreiras, que coordina el proyecto europeo PANA, el único liderado por un hospital gallego, el compostelano, destinado a la detección precoz de la demencia. En él también participan un centro de Holanda y otro de Finlandia.
Hay esperanzas, pero estas no van encaminadas a la cura una que vez que la enfermedad ya está instalada. En esta etapa, por el momento, no hay nada que hacer. Ni vacuna ni medicina que detenga el alzhéimer.
Para más información: La Voz de Galicia