El primer síntoma es variable, aunque suele empezar por un problema motor, un temblor, pero entre un 20 y un 30 por ciento no lo padecen, sino que lo que encuentran es torpeza para realizar manipulación con una mano o que al caminar se engancha una pierna. Pero sea como sea, el Parkinson es una enfermedad neurológica de calado y ayer se habló de ella en Toledo, en la I Jornada Regional sobre esta dolencia.
La presidenta de la asociación que vela por el bienestar de los enfermos en Toledo, María Ángeles González, explicaba que el objetivo de la misma era dar a conocer los últimos avances en la investigación que se viene realizando, así como proporcionar la información adecuada para el tratamiento.
«Hemos detectado en la asociación que muchos enfermos no están muy enterados del procedimiento que lleva su enfermedad», indicó la presidenta, que subrayó que la jornada de ayer era una «oportunidad única» para informarse acerca de la enfermedad y su tratamiento.
Respecto a los retos de futuro, sobre los que también se departió a lo largo de la serie de ponencias y charlas realizadas, González indicó que si bien actualmente las esperanzas de curación son escasas, «el reto es que se encuentre dicha cura, aunque cada día los tratamientos van mejorando y cada día vivimos mejor; y ese es el objetivo, aunque el último es la cura», agregando que una de las últimas líneas de investigación, con células madre, «que parece que tiene mucha perspectiva favorable».
Nuria López, neuróloga del Hospital Virgen de la Salud, explicaba que el Parkinson es una enfermedad degenerativa que va afectando a diferentes áreas de la vida, que arranca con un problema motor, de movimiento, pero que a media que avanza aparecen más síntomas que hacen que sea «más complejo su manejo», así como más necesidad de fármacos, cirugía, etc., y más profesionales como psiquiatras, psicólogos, rehabilitadores, etc.
No obstante, apuntó que el Parkinson, junto con el Alzheimer, es una de las enfermedades neurodegenerativas sobre las que más se investiga. «Actualmente no es que hayamos alcanzado el techo. Ahora se está investigando por qué se produce y si se puede tratar y curar», indicó la doctora, que agregó que en España son unos 150.000 los afectados por esta enfermedad de los cuales en torno a 7.000 son de Castilla-La Mancha.
La profesional del Hospital toledano reconoció que aunque en torno a un 15 por ciento de los pacientes son menores de 45 años, no es que cada vez más jóvenes padezcan la enfermedad, sino que ahora se es capaz de un diagnóstico más temprano ante síntomas que antes no se tenían tan en cuenta al tratarse de personas jóvenes.
Fuente: latribunadeciudadreal.es
