Caminar despacio en la tercera edad puede ser una señal de alerta sobre la posibilidad de padecer Alzheimer porque, con independencia de que el afectado presente o no síntomas de la enfermedad, la velocidad a la hora de andar está directamente relacionada con la cantidad de placas de beta-amiloide acumuladas en el cerebro, según un estudio recientemente publicado en la revista Neurology.
El estudio ha sido realizado por investigadores del Hospital Universitario de Toulouse (Francia) cuantificando la cantidad de placas de beta-amiloide presentes en el cerebro de 128 personas con una media de edad de 76 y que no sufrían demencia