La Ley de Dependencia lo recogía como una prestación excepcional pero se ha convertido, prácticamente desde el principio, en el recurso más demandado por las personas dependientes de Bizkaia. Actualmente, casi cuatro de cada diez dependientes optan por solicitar una ayuda económica que les permita seguir viviendo en sus casa siendo atendidos por su entorno más querido, lo que supone un colectivo de casi 11.000 personas actualmente.
Aunque el primer año apenas medio millar de personas solicitaron esta prestación, en 2008 la cifra se elevó hasta las 3.874 personas, el año siguiente alcanzó las 4.873 y se superaron las 8.000 en 2010.
La mayoría de las ayudas que se conceden para cuidados de la dependencia están dirigidas a este tipo de atención; casi un 40% de los dependientes siguen viviendo en casa. Además de los cuidados en el entorno familiar, cuatro personas han optado por un asistente personal, una figura que no ha logrado el desarrollo que se esperaba, debido fundamentalmente a las dificultades de acceso.
Otras 6.169 personas viven en una residencia -4.723 mayores y 1.446 discapacitados- y más de 2.300 acuden a un centro de día -1.361 mayores y 985 con discapacidad-. Además, un colectivo formado por un millar de personas reciben la denominada atención temprana.
Con estas cifras en la mano, la realización de visitas para comprobar cómo está siendo atendido este colectivo está más que justificada. Para verificar su situación, desde el departamento se envía a la familia una carta informándoles de que se va a realizar la visita y la finalidad de la misma. Una semana después, se llama al domicilio para concertar una cita, en la que debe estar no solo la persona dependiente, sino también la cuidadora principal.
A los domicilios acuden un equipo de valoración compuesto por un médico y un trabajador social, los mismos equipos que habitualmente hacen las visitas para la valoración de la dependencia necesaria para acceder a la ayuda económica.
Ya en el domicilio se valoran los aspectos médicos y emocionales de la persona atendida, para ver su estado y cómo está cuidada: número de medicamentos, úlceras por presión, caídas, visitas a urgencias o ingresos hospitalarios, estado de nutrición... También se elabora un informe social y, en el caso de que pueda comunicarse, se le pregunta cómo se encuentra. Si se detecta abandono o maltrato, se redacta un informe médico y social, iniciándose desde el Servicio de Valoración de la Diputación las acciones pertinentes. Estas visitas se aprovechan también para valorar el estado en el que se encuentra el cuidador, a través de una escala de nivel de sobrecarga. Se le pregunta, asimismo, si está satisfecho con la prestación.
AYUDAS BLINDADAS
La preocupación por la situación de las personas que están siendo atendidas en casa se plasma no solo en estas visitas a domicilio, sino también en la disposición de dotaciones economías que permitan mantener los niveles de atención actuales. La Diputación de Bizkaia ha blindado las ayudas que presta a las personas dependientes. Pese a los recortes impuestos desde el Gobierno de Madrid, el departamento de Acción Social ha mantenido las prestaciones económicas para todos los grados de dependencia, destinando cada año 340 millones de euros para atender a este colectivo. "Hacemos todos los esfuerzos que están en nuestra mano para atender y dar las mayores y mejores prestaciones a quienes más lo necesitan", destaca la diputada de Acción Social, Pilar Ardanza.
Fuente: Deia