Anticiparse a la llegada de la enfermedad de Alzheimer pudiera hacerse realidad gracias a un reciente descubrimiento hecho por investigadores venezolanos. Se trata de la detección de depósitos de la proteína beta-amiloide -elemento patogénico de esta forma de demencia- en biopsias y células madre del tipo estromales mesenquimales obtenidas de la mucosa olfatoria de individuos con dificultades para detectar olores y pérdida de memoria, pero que no han sido diagnosticados con este mal.
El estudio, realizado por especialistas de la Unidad de Terapia Celular del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic) y financiado por el Ministerio del Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Innovación, ofrece evidencias concretas de la presencia de indicadores de la patología en etapa silente, es decir, cuando las personas no han manifestado los síntomas típicos de Alzheimer.
La asociación directa entre el déficit olfatorio y el establecimiento y progresión de algunas enfermedades neurodegenerativas ha sido demostrada en reportes previos. El aporte de este trabajo en particular es el hallazgo de biomarcadores específicos de Alzheimer que pueden contribuir a su diagnosis prematura. "Debemos recordar que el diagnóstico de Alzheimer se confirma post mórtem al momento de la autopsia del paciente", explicó el investigador del Ivic y líder del trabajo, Carlos Ayala Grosso.
Los expertos del Ivic hallaron que los individuos con déficit olfatorio y de memoria o con diagnóstico de Alzheimer tienen mayor tendencia a poseer el alelo E4 del gen de la apolipoproteína E (ApoE4), el factor de riesgo genético de esta enfermedad más importante reconocido actualmente.
Cuando la proteína beta-amiloide es sintetizada con normalidad ingresa al fluido cerebroespinal y luego es expulsada por los mecanismos de limpieza del cerebro a través de la barrera hematoencefálica (aquella que separa el torrente sanguíneo del encéfalo y regula el paso de sustancias). Los problemas empiezan cuando el cerebro es incapaz de eliminarla por sus propios medios y se concentra en su interior.
Fuente: El Sol de Margarita