Fede (Federico García) estaba hace poco más de un año reunido con unos amigos, cuando apareció en la televisión la noticia de una «madre coraje» valenciana que donó 7.000 euros para sufragar el contrato de una investigadora del Centro Príncipe Felipe que participaba en un estudio sobre la diabetes, enfermedad que padece su hija. Esta madre no podía permitir que la investigación sobre esta dolencia se detuviera.
En ese momento, este joven de Albacete que estudió Biotecnología en la Universidad Politécnica de Valencia y que además trabajó un tiempo en el citado centro de investigación valenciano, tuvo la idea de crear una plataforma de «micromecenazgo» ciudadano para proyectos de investigación, en unos tiempos en los que los fondos públicos han cerrado sus grifos en estos asuntos.
«I love science» es fruto de aquella idea, en la que se encuentra acompañado por tres personas más. Hace aproximadamente un mes lanzaron el primer proyecto, una idea del investigador de la Universidad Complutense de Madrid Rodrigo Barrera, que consiste en la detección precoz del Alzheimer de cara a poder paliar los efectos de esta destructiva dolencia mental.
Por el momento, se ha recaudado en torno a un 40 por ciento de los 1.000 euros que necesita el proyecto para seguir adelante. «Quisimos empezar por una idea pequeña, que no necesitara mucho dinero, para ver cómo funciona el sistema».
Es tan simple cómo entrar en la página web de «I love science» y realizar la aportación económica, que puede ser desde tan solo cinco euros hasta 1.000.
Además, cada entrega tiene su pequeña recompensa, desde un correo electrónico de agradecimiento de parte de todo el equipo en el caso de la aportación más pequeña, que el nombre del colaborador figure entre los colaboradores del proyecto en el caso de que se donen 20 euros, hasta una visita guiada por el laboratorio de investigación si la entrega es de 500 euros.
Fede asegura que a la gente le cuesta un poco confiar a la hora de entregar su dinero, ya que nunca están seguros de si va a llegar al fin para el que se supone que va destinado, aunque confía en que poco a poco se vaya extendiendo la idea y, de ese modo, también la confianza.
Este joven asegura que cuentan con unos seis o siete proyectos en «nevera» a la espera de ser lanzados en función de cómo funcione el actual.
La mayoría están relacionados con la salud, puesto que es aquello que afecta de una forma más directa a las personas que, en un momento dado, pueden querer colaborar con una causa que están viviendo o han vivido. De todas formas, no están cerrados a ningún sector.
Este tipo de pequeño mecenazgo en la investigación científica está plenamente implantado en países como EE.UU, cuenta Fede, pero en España solo se había utilizado hasta ahora en el ámbito cultural, para producir películas, documentales o exposiciones. Pero la crisis ha puesto de manifiesto que en tiempos de recortes, no llega para la I+D+i, por lo que se están poniendo en marcha muchas más iniciativas de este tipo.
Fuente: La Razón