Cesta de la compra

{{#if has_items}}
{{#each line_items}}
{{ full_title }}
{{ quantity }}
{{{ subtotal_human }}}
{{/each}}
Subtotal {{{ subtotal_human }}}
{{#if coupon_name}}
Cupón de descuento {{ coupon_name }} - {{{ coupon_discount_human }}} x
{{/if}} {{#if donation}}
Donación {{{ donation_human }}}
{{/if}}
{{#if shipping_handling_left_for_free}}
(Te quedan {{{ shipping_handling_left_for_free }}} para que el envío sea gratis)
{{/if}}
{{#if tx_okstock}} Envíos en 72h. {{/if}} {{#if delivery_date}} El pedido te llegará el {{ delivery_date_human }} {{/if}}
Total {{{ total_ceafa }}}
{{else}}
Actualmente no tienes nada en la cesta de la compra. Ir a la tienda.
{{/if}}

Cómo crear un recuerdo que dure para siempre (y por qué hay que olvidar tantos detalles en el camino)

Algunos recuerdos nunca se olvidan. El primer beso es un ejemplo canónico: las hojas del sauce que le dio sombra a la experiencia, la luz primaveral en la hierba, el roce de una mano, una sonrisa pura... esas cosas se quedan grabadas en la mente para siempre. La canción del primer amor es otro clásico indeleble, tan robusto que llega a sobrevivir a la degeneración del alzhéimer (hasta ahí llega la magia de la memoria musical). Recuerdos como estos son como tesoros de la mente, y nos parecen especialmente importantes. Pero hay intervenciones de la memoria que son notablemente más prosaicas, insignificantes a simple vista, pero igual de trascendentes porque permiten aprender, socializar, acumular conocimiento práctico y navegar en el mundo en busca de los recuerdos duraderos. Tenemos distintos tipos de memoria, y todos ellos pueden ejercitarse. Algunos solo para rendir mejor, otros hasta por mero deporte, para que, en el otoño de la vida, la memoria musical no sea lo único que quede.

En el plano meramente científico, la memoria es un complejo proceso mental por el que las imágenes, los sonidos y las sensaciones son almacenados para siempre en la memoria a largo plazo. Otras experiencias se quedan en el dominio de la memoria corto plazo y duran menos de medio minuto. La mayoría de nuestra experiencia está en este último apartado, según José Lage, psicólogo especialista en demencias y daño cerebral, quien define la memoria a corto plazo como un almacén en el que hay poca información (entre 5 y 9 ítems a la vez) durante no más de 30 segundos”.

Más información: El País

Con la colaboración de