El Alzheimer está considerado como una de las epidemias sanitarias del siglo XXI. Su aumento y expansión entre una población cada vez más longeva produce cifras de vértigo si hacemos una previsión de futuro. Por el número de pacientes y las graves consecuencias de esta enfermedad sobre los enfermos y sus familias, sería absolutamente imprescindible que nuestro país contase con un Plan Nacional de Choque contra el Alzheimer.
Sin embargo,- y a pesar de que en el año 2007 nació el Centro de Referencia Estatal de Atención a Personas con Enfermedad de Alzheimer de Salamanca (dependiente del Ministerio de Sanidad)- ocho años después España sigue sin desarrollar un plan nacional para afrontar esta patología. El Centro nació con, entre otras, la misión de “crear un centro de innovación y poner en marcha estrategias compartidas para la atención socio-sanitaria de estos pacientes.
Hasta ahora lo que se ha hecho ha sido crear el "Grupo Estatal de Demencias". Dicho grupo engloba a una red nacional de profesionales e investigadores, donde también participan los colectivos de pacientes. El objetivo de este grupo es “crear estrategias nacionales con las que dar una respuesta a esta enfermedad, desde el punto de vista socio-sanitario, jurídico y de investigación”. Uno de los objetivos más inmediatos del plan nacional sería conseguir un censo epidemiológico real del número exacto de personas que sufren Alzheimer en España.
Pero la realidad es que la ausencia de una estrategia nacional está generando un vacío, que deja a los pacientes sin rumbo, o dicho en palabras del presidente de la Confederación Española de asociaciones de Familiares con Alzheimer, Koldo Aulestia: “los enfermos de Alzheimer están desorientados porque no hay una hoja de ruta sobre cómo abordar esta enfermedad, y las ayudas incluso son insuficientes”.
Por el momento solo algunas Comunidades Autónomas, -Galicia, Extremadura, Andalucía y Comunidad Valenciana-, están paliando la falta de un plan nacional con sus propias estrategias concretas. Sin embargo este hecho tiene la consecuencia de fomentar la desigualdad territorial. Lo que produce el efecto del que advierte el Dr. Jacques Selmes: “Si tienes Alzheimer, es mejor estar enfermo en unas regiones que en otras, porque no tendrán ni los mismo recursos, ni las mismas posibilidades de apoyo".
Sin embargo no podemos olvidar algunos avances logrados en estos ocho años desde el nacimiento del Centro de Referencial Nacional de Alzheimer, a través del que se han formado, de manera gratuita, a entre 8.000 y 10.000 personas en cuidados básicos y en atención para los pacientes con Alzheimer.
Otro área en el que se ha trabajado ha sido en el de las terapias no farmacológicas, como la musicoterapia o la danza creativa-terapéutica. Y asimismo se ha publicado una guía de buenas prácticas dirigida a pacientes, a sus familiares y los cuidadores.
Ante este estado de cosas España debería tratar de ponerse a la altura de otros países de nuestro entorno que trabajan con estrategias muy organizadas para enfrentar el Alzheimer. En todo el mundo son, al menos, 19 los países que cuentan con un Plan de choque contra el Alzheimer, entre los que cabe destacar a Australia, Chile, Corea del Sur, Costa Rica, Japón, Perú, Suiza o Estados Unidos.
En nuestro entorno más cercano tenemos como referente a Francia, que ha desarrollado ya su tercer plan y cuya última estrategia es el “Plan Maladies Neurodégéneratives”, que es revisado cada seis meses y que concluirá en 2019. Y también podemos fijarnos en el caso alemán, donde se han creado las “casas de Alzheimer”, ventanillas únicas donde se centralizan todas las gestiones para tramitar recursos sociales y administrativos.
En cualquier caso son ya nueve los países europeos que han afrontado de una manera planificada y global el problema del Alzheimer: Dinamarca, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Malta, Países Bajos y Reino Unido, además de los mencionados anteriormente.
Es de esperar que, por encima de crisis económicas o políticas, nuestro país sepa darle a este asunto la importancia que tiene y sea capaz de ofrecer a todos los afectados la mayor ayuda posible.
Sin embargo,- y a pesar de que en el año 2007 nació el Centro de Referencia Estatal de Atención a Personas con Enfermedad de Alzheimer de Salamanca (dependiente del Ministerio de Sanidad)- ocho años después España sigue sin desarrollar un plan nacional para afrontar esta patología. El Centro nació con, entre otras, la misión de “crear un centro de innovación y poner en marcha estrategias compartidas para la atención socio-sanitaria de estos pacientes.
Hasta ahora lo que se ha hecho ha sido crear el "Grupo Estatal de Demencias". Dicho grupo engloba a una red nacional de profesionales e investigadores, donde también participan los colectivos de pacientes. El objetivo de este grupo es “crear estrategias nacionales con las que dar una respuesta a esta enfermedad, desde el punto de vista socio-sanitario, jurídico y de investigación”. Uno de los objetivos más inmediatos del plan nacional sería conseguir un censo epidemiológico real del número exacto de personas que sufren Alzheimer en España.
Pero la realidad es que la ausencia de una estrategia nacional está generando un vacío, que deja a los pacientes sin rumbo, o dicho en palabras del presidente de la Confederación Española de asociaciones de Familiares con Alzheimer, Koldo Aulestia: “los enfermos de Alzheimer están desorientados porque no hay una hoja de ruta sobre cómo abordar esta enfermedad, y las ayudas incluso son insuficientes”.
Por el momento solo algunas Comunidades Autónomas, -Galicia, Extremadura, Andalucía y Comunidad Valenciana-, están paliando la falta de un plan nacional con sus propias estrategias concretas. Sin embargo este hecho tiene la consecuencia de fomentar la desigualdad territorial. Lo que produce el efecto del que advierte el Dr. Jacques Selmes: “Si tienes Alzheimer, es mejor estar enfermo en unas regiones que en otras, porque no tendrán ni los mismo recursos, ni las mismas posibilidades de apoyo".
Sin embargo no podemos olvidar algunos avances logrados en estos ocho años desde el nacimiento del Centro de Referencial Nacional de Alzheimer, a través del que se han formado, de manera gratuita, a entre 8.000 y 10.000 personas en cuidados básicos y en atención para los pacientes con Alzheimer.
Otro área en el que se ha trabajado ha sido en el de las terapias no farmacológicas, como la musicoterapia o la danza creativa-terapéutica. Y asimismo se ha publicado una guía de buenas prácticas dirigida a pacientes, a sus familiares y los cuidadores.
Ante este estado de cosas España debería tratar de ponerse a la altura de otros países de nuestro entorno que trabajan con estrategias muy organizadas para enfrentar el Alzheimer. En todo el mundo son, al menos, 19 los países que cuentan con un Plan de choque contra el Alzheimer, entre los que cabe destacar a Australia, Chile, Corea del Sur, Costa Rica, Japón, Perú, Suiza o Estados Unidos.
En nuestro entorno más cercano tenemos como referente a Francia, que ha desarrollado ya su tercer plan y cuya última estrategia es el “Plan Maladies Neurodégéneratives”, que es revisado cada seis meses y que concluirá en 2019. Y también podemos fijarnos en el caso alemán, donde se han creado las “casas de Alzheimer”, ventanillas únicas donde se centralizan todas las gestiones para tramitar recursos sociales y administrativos.
En cualquier caso son ya nueve los países europeos que han afrontado de una manera planificada y global el problema del Alzheimer: Dinamarca, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Malta, Países Bajos y Reino Unido, además de los mencionados anteriormente.
Es de esperar que, por encima de crisis económicas o políticas, nuestro país sepa darle a este asunto la importancia que tiene y sea capaz de ofrecer a todos los afectados la mayor ayuda posible.
Fuente: hechosdehoy.com