Más de 40 chilenos han participado en las investigaciones de este proyecto que también incluye mediciones de la actividad cerebral y ocular, y que es desarrollado por el Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica (BNI). -“La mala ubicación espacial es uno de los primeros síntomas de la enfermedad”, asegura la Dra. Andrea Paula Lima, quien lidera estos estudios. - Pacientes con deterioro cognitivo leve deben nadar de manera virtual en una piscina y ubicar una plataforma, mediante un programa que simula la realidad.
Nadar en una piscina hasta lograr ubicar una plataforma oculta, es el ejercicio de realidad virtual desarrollado por científicos del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica (BNI), el cual está siendo aplicado a más de 40 chilenos, con el fin de analizar signos precoces del Alzheimer, la enfermedad neurodegenerativa más frecuente del envejecimiento.
Los estudios, que también consideran mediciones de la actividad cerebral y otra serie de parámetros, son dirigidos por la doctora Andrea Paula Lima, académica de la Facultad de Odontología de la U. de Chile e investigadora de BNI. En el proyecto, también colaboran los doctores Pedro Maldonado, Cecilia Hidalgo, Enzo Brunetti, y la neuróloga María Isabel Behrens.
Las investigaciones se están realizando en pacientes, hombres y mujeres con deterioro cognitivo leve, quienes presentan alto riesgo de desarrollar Alzheimer, en aproximadamente, un 70% de los casos. Asimismo, se aplican a un grupo control, con el fin de encontrar diferencias que aporten al diagnóstico temprano de esta enfermedad, y ayudar a consolidar una metodología que podría facilitar al testeo de nuevos fármacos y tratamientos.
Avanzar en esta línea es fundamental, a juicio de la Dra. Andrea Paula Lima, ya que la detección precoz puede contribuir a un mejor abordaje clínico e integral de los pacientes, repercutiendo en su calidad de vida y la de su círculo cercano.
Realidad virtual y actividad cerebral
“Estamos utilizando un software sobre realidad virtual que mide la capacidad de orientación, originalmente diseñado en Estados Unidos por el doctor Derek Hamilton, pero adaptado por el equipo de BNI a nuestras necesidades de investigación. La tarea de buscar la plataforma, mediante claves visuales, se realiza través de un computador. A medida que el ejercicio se ejecuta, la actividad encefalográfica y los movimientos oculares del sujeto son registrados, permitiéndonos analizar tres aspectos: cómo la persona se desempeña en la tarea, cuál es su estrategia de navegación, y cómo está su actividad cerebral mientras se orienta en el espacio”, comenta Paula Lima.
Según explica la especialista, mediante estas investigaciones se busca medir alteraciones y patrones que parecen ser muy específicos de la enfermedad y cuya primera pesquisa es realizada por la doctora Behrens en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile.
“Esto tiene mucha importancia en el diagnóstico, pues nuestros resultados han arrojado diferencias enormes entre controles que no tienen deterioro y los que sí tienen. Hay diferencias marcadas en la corteza cerebral visual y parietal, y una diferencia en la estrategia de navegación en quienes tienen deterioro”, agrega la investigadora de BNI.
Según han podido observar, los pacientes que pueden derivar a Alzheimer muestran una diferencia de comunicación entre las zonas del cerebro comparado con los sujetos controles. Esto sugiere que hay daños a nivel sináptico que redundan en problemas en el procesamiento de información, todo lo cual también se relaciona con un mal desempeño en la tarea virtual. De esta manera, quienes presentan esta diferencia de actividad, son quienes más tardan en ubicar la plataforma.
Problemas de ubicación espacial
“La mala ubicación espacial es uno de los primeros síntomas del Alzheimer. Y esto, no es justamente un problema visual, sino de las estrategias de navegación y decodificación de la información visual en relación a la toma de decisiones. Esto se refleja en que los individuos pueden presentar una conducta como si estuvieran perdidos”, señala la académica de la U. de Chile.
El programa permite medir parámetros como, por ejemplo, cuánto tarda la persona en llegar a la plataforma, cuánta distancia recorre, cuál es la trayectoria y velocidad de desplazamiento, entre otros signos. “La forma de mirar es otro parámetro. Los controles aprenden rápidamente a orientarse en base a claves espaciales, que parecen ser ignoradas por los sujetos con deterioro cognitivo, que quedan buscando de manera errática”, comenta la doctora Lima.
Respecto al grupo de personas escogidas para trabajar, en el marco de este proyecto que se extenderá hasta el año 2019, la científica de BNI también aclara algunos puntos. “Recibimos la colaboración de personas con deterioro cognitivo leve, ya que además la ley chilena nos impide trabajar con sujetos que padecen Alzheimer, pues estima que ellos no tienen las capacidades cognitivas para dar un consentimiento informado”.
Enfermedad de alta frecuencia
El envejecimiento es un proceso complejo del ser humano, que involucra cambios tanto fisiológicos como sociales, siendo actualmente un tema relevante de salud pública. Para el año 2050, se estima que alrededor de un 25% de habitantes de nuestro país será mayor de 60 años. Esto también se correlaciona a una mayor incidencia de patologías neurodegenerativas como Alzheimer, para la cual aún no existe cura.
Esta enfermedad ocasiona deterioro cognitivo y trastornos conductuales, expresados como pérdida de la memoria y otras capacidades mentales a medida que un grupo de neuronas mueren y diferentes zonas del cerebro se atrofian. Una vez diagnosticada, la enfermedad suele tener una duración media de 10 años. Las estadísticas señalan que afecta a aproximadamente un 4% de las personas mayores de 60 años.
Respecto del origen, se estima que un 10% es de tipo genético, lo que también incide en que su aparición sea más temprana. El 90% restante, tiene una causa esporádica. En ambos casos, aparecen síntomas tales como: confusión mental, irritabilidad y agresión, cambios del humor, trastornos del lenguaje, pérdida de la memoria de largo plazo, hasta una disminución progresiva de las funciones biológicas que, finalmente, conllevan a la muerte.
“El Alzheimer es un problema mundial que involucra un gasto enorme para la sociedad en su conjunto. Y la verdad es que ningún Gobierno sabe realmente cómo manejar realmente este fenómeno. Con el aumento en la expectativa de vida a nivel mundial se espera una tragedia, a la que llaman “el terremoto del envejecimiento”. Y en ese sentido, debemos hacernos cargo de esta realidad, más aun considerando que Chile es el país con mayor tendencia al envejecimiento en Latinoamérica”, comenta la científica de BNI.
En vista de este escenario, Paula Lima considera relevante seguir desarrollando investigación de frontera en esta temática, y poder aportar a un mayor conocimiento del Alzheimer y sus posibles estrategias de detección y tratamiento.
Fuente: elmostrador.cl