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Con el mal de Alzheimer, podría cambiar la forma de percibir el dolor

Esta es la conclusión a la que arribó un reciente estudio elaborado en los Estados Unidos. De todas formas, los especialistas dicen que deben continuar los análisis.

La enfermedad o Mal de Alzheimer, que, se estima, afecta en la Argentina a unas 500.000 personas, es una de las formas de demencia senil más frecuentes, y al mismo tiempo más discapacitantes, ya que interfiere en sus fases avanzadas con la capacidad de las personas de llevar adelante sus tareas cotidianas.

Ahora, un reciente estudio norteamericano sugiere que este trastorno cerebral progresivo y crónico interfiere con la capacidad de las personas afectadas de reconocer cuándo sienten dolor, lo que puede llevar a que dolencias permanezcan sin tratamiento y empeoren con el paso del tiempo.

"Vimos que los participantes con Alzheimer necesitaron unas temperaturas más altas para reportar la sensación de calor, dolor leve y dolor moderado que los otros participantes", dijo el doctor Todd Monroe, profesor asistente en la Facultad de Enfermería de la Universidad de Vanderbilt, Estados Unidos, que acaba de publicar sus hallazgos en la revista "BMC Medicine".

"Lo que no encontramos fue una diferencia entre ambos grupos en los reportes de qué tan desagradables eran las sensaciones a cualquier nivel", agregó también el especialista.

El doctor Monroe llevó adelante su estudio en dos grupos de voluntarios que tenían 65 años o más,

Un grupo estaba compuesto por personas a las que se había diagnosticado Alzheimer, mientras que los integrantes del segundo grupo no sufrían esta enfermedad neurológica progresiva.

Todos los participantes fueron sometidos a un dispositivo que generaba distintas sensaciones de calor y les pidieron que informaran de su nivel de dolor.

El resultado fue que los voluntarios con Alzheimer eran menos capaces de reconocer cuándo sentían dolor, inclusive cuando su tolerancia al dolor no se encontraba reducida.

"Aunque encontramos que su capacidad para detectar el dolor se vio reducida, no encontramos ninguna evidencia de que las personas con Alzheimer estuvieran menos perturbadas por el dolor ni que el dolor se volviera menos desagradable a medida que la enfermedad empeora", señaló al autor principal del estudio.

Sugirió que los médicos que atienden a personas con Alzheimer usen distintos métodos para evaluar el nivel de incomodidad de un paciente, como las escalas de dolor, los cambios conductuales y la comunicación no verbal, como las expresiones faciales.

“Esto es particularmente importante cuando los pacientes de Alzheimer empiezan a tener problemas con la comunicación verbal”, agrego el doctor Monroe.

"A medida que la gente envejece, el riesgo de desarrollar dolor aumenta y a medida que la población llega a una edad avanzada sigue creciendo, también aumenta la cantidad de personas con Alzheimer”, comentó el especialista de la Universidad de Vanderbilt.

“Necesitamos encontrar maneras de mejorar el cuidado del dolor en las personas con todas las formas de demencia y que ayuden a aliviar el sufrimiento innecesario en esta población muy vulnerable", agregó.

La relevancia de contemplar los distintos aspectos de la enfermedad de Alzheimer se ve destacada por el hecho de que se trata de una enfermedad en aumento a nivel global. El Informe Mundial sobre el Alzheimer 2015, elaborado por la organización no gubernamental Alzheimer's Disease International (ADI) sostiene que existen alrededor de 46,8 millones de personas que viven con demencia en todo el mundo, al tiempo que advierte que esa cifra se duplicará cada 20 años, lo que significa que habrá 75 millones de personas con la enfermedad en 2030 y 131,5 millones en 2050.

En la actualidad, se diagnostican más de 9,9 millones de nuevos casos de demencia cada año en todo el mundo o, en otros términos, un caso nuevo cada 3,2 segundos.

Fuente: lanueva.com

Con la colaboración de