Un nuevo estudio internacional dirigido por investigadores del Instituto Salk de Estudios Biológicos en La Jolla (EE.UU.), ha confirmado la gran utilidad de los ‘mini-cerebros’ 3D y abre una puerta a la investigación de las enfermedades cerebrales y al desarrollo de nuevos tratamientos.
Hace ya tres años, investigadores del Instituto de Biología Molecular en la Academia Austríaca de Ciencias en Viena (Austria) desarrollaron por primera vez unos ‘mini-cerebros’ a partir de células madre que, dada su similitud a los cerebros humanos reales, podían ser utilizados para el estudio de numerosas enfermedades neurológicas, caso de la esquizofrenia o de la enfermedad de Alzheimer.
No en vano, estos ‘mini-cerebros’ eran tridimensionales, por lo que eran mucho más parecidos a los órganos reales que todos los desarrollados hasta el momento en placas de laboratorio –y por lo tanto, bidimensionales–.
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