Dormir es una parte fundamental de nuestro ciclo vital. Y es que los seres humanos, tal y como ocurre con todos los seres vivos, necesitamos descansar y reponer fuerzas. Y para ello, necesitamos un sueño de calidad, ni demasiado corto ni demasiado excesivo.
De hecho, es posible que las personas que duermen poco o ‘mal’ tengan problemas de salud mucho más allá de la somnolencia, la fatiga y la irritabilidad de las que hacen gala por las mañanas, cuando no a lo largo de todo el día. Sería el caso, según han mostrado algunos estudios, de un riesgo mucho mayor de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
Pero, ¿esto es realmente así? Pues según un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Clínica Mayo en Rochester (EE.UU.), sí. Y es que de acuerdo con los resultados, las personas mayores con una somnolencia diurna ‘fuera de lo normal’ tienen una mayor acumulación de placas de beta-amiloide en sus cerebros.
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