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Convivir con la enfermedad de Alzheimer

Esta afección neurodegenerativa es parte del envejecimiento patológico. Provoca lesiones irreversibles en el cerebro y es la demencia más común que afecta tanto a hombres como a mujeres.

8 alteraciones COGNITIVAS Y COMPORTAMENTALES

La enfermedad de Alzheimer evoluciona progresivamente y provoca grandes conmociones en la vida de la persona afectada y su familia. Los síntomas, su orden de aparición y la evolución de la demencia varían según los pacientes. En la mayoría de los casos, la enfermedad avanza lentamente. Su duración oscila entre 7 y 10 años, pero puede prolongarse en algunas personas. 

memoria

Generalmente, el primer trastorno que aparece en la demencia de Alzheimer son los problemas de memoria episódica, es decir, olvidar los hechos recientes y personales. Durante su evolución, la enfermedad afecta a otras memorias como la de trabajo, la cual permite memorizar datos inmediatos y también la memoria a largo plazo que contribuye a recordar información durante un largo tiempo. Asimismo, se observan alteraciones de la memoria semántica, la cual corresponde a la memorización de conocimientos culturales. En cuanto a la memoria procedural que permite la adquisición progresiva motriz y retención de habilidades, es normalmente la última afectada.

funciones

ejecutivas

Son las funciones implicadas en los procesos de iniciación, planificación, realización y control de las actividades motrices y cognitivas que requieren un nivel alto de integración y las cuales son dirigidas hacia un objetivo preciso. Asimismo, las funciones ejecutivas facilitan la adaptación a nuevas situaciones. En la demencia de Alzheimer, es frecuente observar problemas de categorización y de flexibilidad mental. Por otro lado, también existen trastornos en la resolución de problemas. Además, las pruebas neuropsicológicas destacan una disminución marcada en la capacidad de ignorar o inhibir la información no pertinente.

Lenguaje

Los trastornos de lenguaje, llamados también afasia, son frecuentes en la demencia de Alzheimer. Corresponden a una pérdida parcial o total de la capacidad de comunicar. Estos problemas se desarrollan progresivamente. Empiezan por una reducción del vocabulario, lo que causa una búsqueda de las palabras. Luego, el paciente utiliza las mismas palabras de manera recurrente hasta que su discurso no tenga sentido. En la última fase de la enfermedad, la persona puede perder su capacidad de hablar. Generalmente, la comprensión está más preservada que la expresión. Sin embargo, la capacidad de comprender suele reducirse progresivamente.

orientaciÓN

Al principio de la demencia de Alzheimer, es común que las personas afectadas presenten problemas leves de orientación. Se observan dificultades para ubicarse en el tiempo, es decir, saber en qué año, mes, día de la semana o estación estamos. También suelen aparecer desubicaciones en el espacio como perderse en lugares nuevos y familiares. Desafortunadamente, estos problemas de orientación se acentúan durante la enfermedad. De hecho, los pacientes pueden perderse en su misma calle. Esto suele ser también el origen de algunas desapariciones.

AGNOSIA

Corresponde a la incapacidad de identificar las informaciones del entorno a través de una modalidad perceptiva como la vista, audición o tacto, por ejemplo. La agnosia visual es la más frecuente en las personas afectadas por la enfermedad de Alzheimer. En este caso, los pacientes no reconocen lo que ven. Con la evolución de la demencia, suelen desarrollarse también agnosias táctiles, olfativas y auditivas. En la vida cotidiana, las agnosias suelen estar al origen de actitudes inadaptadas.

APRAXIA

Debido a la evolución de la enfermedad, el paciente suele tener dificultades en ejecutar algunos gestos que ha adquirido durante su vida. Al principio, afecta a acciones complicadas como la escritura. Luego, se produce también en hábitos sencillos como masticar o ingerir alimentos. Este trastorno, llamado apraxia, suele acarrear una gran pérdida de autonomía y puede implicar el requerimiento de una persona para lavar, vestir y alimentar al paciente. Sin embargo, la importancia de la deterioración de estas capacidades es diferente para cada individuo.

TRASTORNOS

AFECTIVOS Y EMOCIONALES

La demencia de Alzheimer suele afectar el humor de las personas. En efecto, los pacientes pueden sufrir de ansiedad, la cual se traduce por un estado de alerta, tensión psicológica y somática que se relacionan con un sentimiento desagradable de miedo o inquietud. También se observa apatía, la cual corresponde a una disminución de motivación y una pérdida de interés. Algunas personas afectadas sufren de irritabilidad y humor inestable, mientras que otras presentan euforia. En algunos casos, generalmente cuando el paciente está consciente de su enfermedad, existen casos de depresión con mucha tristeza, pesimismo y desvalorización.

COMPORTAMIENTO

Los pacientes con esta enfermedad suelen presentar cambios de comportamiento, los cuales pueden manifestarse a través de la agresividad, agitación, trastornos del sueño y/o alimentación, desinhibición, alucinaciones o también conducta motriz aberrante. Los cambios más frecuentes en la demencia de Alzheimer son los trastornos del sueño o alimentación, agitación y agresividad. Generalmente, son causados por una reacción de miedo, amenaza o rebeldía. Nuevamente, cada paciente

reacciona diferentemente a la enfermedad y los cambios de comportamiento suelen depender del nivel de consciencia que la persona tiene de su afección.

La relevancia de un diagnóstico precoz y preciso

La demencia de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que provoca una pérdida progresiva del funcionamiento cognitivo general y un cambio del comportamiento. Para asegurarse que se trata de esta enfermedad es importante realizar un diagnóstico preciso. Lo más oportuno consiste en ir a un neurólogo o neuropsicólogo. En primer lugar, se efectúa una anamnesis, la cual corresponde a una serie de preguntas que se realizan al paciente para reconstituir los antecedentes médicos, conocer los fundamentos de la queja y los dolores o dificultades que presenta. Luego, se hace una heteroanamnesis que consiste en ejecutar las mismas preguntas al pariente que acompaña al paciente. En el caso de las demencias, es importante conocer el punto de vista del entorno familiar, ya que la persona afectada puede sufrir de anosognosia, la cual es una situación patológica que se puede desarrollar en los pacientes que padecen de problemas neurológicos e impide la percepción de sus déficits funcionales. De hecho, es frecuente que en algunos casos, la persona afectada suela desconocer sus dificultades.

Después de esta serie de preguntas, se realiza una prueba que permite evaluar el funcionamiento cognitivo general del paciente. Según los resultados obtenidos, se efectúa otro conjunto de exámenes neuropsicológicos, los cuales contribuyen a evaluar cada función cognitiva aislada, es decir, pruebas de memoria, atención, funciones ejecutivas, gestos, lenguaje, entre otras. Aunque el examen neuropsicológico suele tener una duración bastante alta y puede ser agotador para el paciente, es esencial para poder realizar un diagnóstico diferencial óptimo. De hecho, solamente con esto es posible darse cuenta de la patología que padece el paciente. Si se trata de una demencia, es importante determinarla, ya que existen un conjunto de diversas patologías demenciales.

Una vez que el diagnóstico de la demencia de Alzheimer está establecido, se propone otra cita con el paciente y los parientes para empezar el tratamiento médico y el acompañamiento. Éste consiste en apoyar tanto a la persona afectada como al entorno familiar para entender la progresión de la enfermedad e intentar mejorar el estilo de vida cotidiano. Asimismo, permite evitar los problemas que acarrea esta afección.

Sin embargo, para poder realizar tanto el examen neuropsicológico como el acompañamiento de manera óptima, es primordial consultar a un médico cuando los primeros signos de la enfermedad aparecen. En efecto, cuando más tiempo se tarda para acudir a un profesional, menos eficaz será el apoyo proveído y la administración de medicamentos, ya que la pérdida cognitiva es progresiva. Por lo tanto, si notas que empiezas a tener dificultades de memoria, cambios de comportamiento, problemas de atención o que un pariente tuyo presenta estos signos clínicos, no dudes en pedir rápidamente una cita a tu médico para poder efectuar un trabajo completo y adecuado. Aunque la noticia del diagnóstico suele ser difícil de aceptar, es mejor poder empezar a recibir ayuda rápidamente y así, evitar mayores dificultades que pueden aparecer con la demencia de Alzheimer.

Fuente: opinion.com.bo

Con la colaboración de