Según una investigación que publica el 'Journal of the American College of Cardiology’, las personas con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares tienen al tiempo un mayor deterioro cognitivo, incluido un aumento en los marcadores típicos de la enfermedad de Alzheimer. Esta situación sugiere que el control de la enfermedad cardíaca pueden ser clave para mantener y mejorar la salud cognitiva más adelante en la vida.
La demencia es un reto de salud pública, con 50 millones de personas afectadas en 2017 y la Organización Mundial de la Salud pronostica 82 millones de personas para 2030. Actualmente no existe un tratamiento efectivo para la demencia, por lo que la identificación de factores de riesgo modificables que podrían retrasar o prevenir el inicio de la demencia se está volviendo más importante.
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