¿Cómo desconectar cuándo no se puede más? ¿Cuándo el cuerpo y la mente dicen basta? ¿Cuándo nos sentimos culpables por dedicar media hora al día para nosotros mismos o, simplemente, a los quehaceres cotidianos? ¿Qué sucede si pensamos que no lo estamos hacemos bien? ¿Cómo podemos descargar la tensión, delegar y liberarnos para no estresarnos?
Todo ello pertenece al denominado «síndrome del cuidador», una tarea a la que se dedican, básicamente, mujeres en nuestro país: 8 de cada 10, de las que una de cada seis tienen más de 60 años. Gran parte de ellas comparten vivienda con el enfermo crónico