Las personas con un elevado sentido depropósito de la vida tienen bajo riesgo de padecer un accidentecerebrovascular (ACV), según un estudio.
"Como otros grupos, demostramos que tener un propósito en lavida protege de una gran cantidad de problemas de salud en lavejez", sostuvo el autor principal, Lei Yu, profesor asistentede ciencias neurológicas del Centro de Alzheimer de Rush, CentroMédico de Rush University, Chicago.
Pero lo más importante es que ese propósito puede mejorarcon cambios de la conducta o la participación en actividadescomo el voluntariado, entre otras, destacó Yu vía e-mail.
En Stroke, su equipo publica los resultados de un análisisde las autopsias de 453 adultos mayores que habían participadodel Proyecto de Memoria y Envejecimiento de Rush.
A todos se les realizaron exámenes físicos y psicológicosanuales, incluida una evaluación estandarizada del propósito quetenían en la vida.
El seguimiento duró hasta la muerte, que ocurrió a una edadpromedio de 90 años.
Ningún participante tenía demencia al inicio del estudio,pero 114 habían tenido un ACV.
Las autopsias revelaron que 154 participantes habían tenidoinfartos macroscópicos (lesiones visibles) y que 128 habíantenido "microinfartos" (lesiones visibles sólo con unmicroscopio).
El propósito en la vida fue evaluado con una escala de cincopuntos (a mayor puntaje, mayor propósito): 3,5 fue el valorpromedio.
Con cada punto de aumento en esa escala, la posibilidad dehaber tenido uno o más infartos macroscópicos se redujo un 50por ciento. No hubo relación entre el propósito y losmicroinfartos.
El doctor José Biller, jefe de neurología de la Escuela deMedicina Stritch de Loyola University, Chicago, consideró que elestudio estuvo muy bien realizado, detallado, y que aportóresultados interesantes.
"Posee muchas fortalezas y confirma con otras observacionesque tener una dirección y un propósito en la vida esbeneficioso", indicó Biller, que no participó del estudio.
La neurobiología detrás de este resultado aún se desconoce yquizás sea más complejo que lo que podría comprenderse,argumentó.
"Siempre hablamos de enfermedad y la debilidad, y nodestacamos la salud. Como país, gastamos más en atención de lasalud que cualquier otra nación, pero no le prestamos atención ala prevención", dijo.
"Muchos problemas se podrían resolver con medidas muybásicas y, como demuestra este estudio, eso incluye ocuparse delespíritu", añadió.
FUENTE: Stroke, online 19 de marzo del 2015.