Insomnio, ronquidos, apneas.., son «trastornos del sueño», y aunque no suponen una patología grave en sí misma, «tienen serias implicaciones en la vida diaria: agotamiento físico, bajo rendimiento, dificultad para cumplir con las obligaciones»..., como explican los expertos. La Fundación Hospitales Nisa prepara para este jueves, a las 19 horas, en el Hospital Nisa Rey Don Jaime de Castellón una nueva Aula de Salud impartida por la neurofisióloga clínica Maribel Andrés en la que abordará los trastornos del sueño en la infancia, adolescencia y en personas mayores. La doctora Andrés avanza para EL MUNDO Castellón al día alguna de las causas y modo de prevenirlos en edad adulta.
- P. ¿Qué causas o enfermedades provocan estos trastornos en edad adulta y, sobre todo, en personas mayores?
- R. Las más frecuentes son: síndrome de apnea; síndrome de piernas inquietas; síndrome de fase adelantada; enfermedades crónicas (asma, Epoc, alzheimer, cardíacas, artritis, artrosis, enuresis nocturna...) Pero también incluye la ingesta de algunos medicamentos; el alcohol, café y situaciones como depresión; hospitalización; viajes o estilo de vida inactivo.
- P. ¿En qué momento de la vida comienza a cambiar las rutinas del sueño y una persona tiende a despertarse por la noche y también muy temprano de mañana aún sin tener obligación aparente?
- R. En los adultos mayores, ya el sueño es menos profundo y más entrecortado que en personas más jóvenes, pero es a partir de los 65-70 años, cuando pueden despertarse 3-4 veces por noche, sin que esto se deba a una enfermedad.
- P. ¿Por qué las personas mayores duermen menos por la noche?, ¿son todo trastornos o es normal?
- R. El patrón de sueño cambia fisiológicamente con la edad: se tiene más dificultad para conciliar el sueño, hay más despertares durante la noche y se levantan más temprano por la mañana. Esto es debido a que se tiene menos densidad de sueño profundo No-REM (la fase REM, Rapid Eye Movement en inglés, es la quinta etapa del sueño, comienza aproximadamente 90 minutos después que nos dormimos) y se despiertan frecuentemente, incluso es normal que se levanten al menos una vez por noche. Aunque las necesidades básicas (4 horas) para mantener las funciones y supervivencia del organismo son las mismas, las necesidades opcionales (4 horas) que mejoran nuestro bienestar y nos dan mayor calidad de vida, disminuyen con la edad.
- P. ¿Cuándo deben acudir al especialista y a qué especialista?
- R. Cuando dormir mal se prolonga más de un mes y se padece de excesiva somnolencia diurna que interfiera con las actividades normales debe considerarse que son síntomas de alerta y, por tanto, hay que acudir a la consulta del especialista en Neurofisiología Clínica en una Unidad de Sueño, donde se realizará una Polisomnografía Nocturna para descubrir qué tipo de desorden del sueño tiene y prescribirá el tratamiento oportuno.
- P. ¿Tienen los ancianos también terrores nocturnos?
- R. Los terrores nocturnos no son trastornos de las personas mayores, ya que este tipo de parasomnias aparecen durante el Sueño No REM, y en esta edad éste disminuye, manteniéndose el Sueño REM, de ahí que sean más frecuentes las pesadillas o los trastornos conductuales de esta fase de sueño.
- P. ¿Qué hace una persona cuando incluso con medicación diaria no soluciona los trastornos del sueño?, ¿qué alternativas tiene?
- R. Los buenos hábitos de sueño son imprescindibles para favorecer la acción de los fármacos. Por ello se aconseja: Rutina de acostarse y levantarse a la misma hora; cena ligera, evitando café, alcohol, tabaco, chocolate...; pequeño refrigerio antes de acostarse ( la leche tibia contiene aminoácidos naturales similares a un sedante ). También son recomendables los rituales de relajación previos ( baño caliente, 10-15 minutos de lectura en la cama con luz tenue); evitar estímulos luminosos y ruidos en la cama (televisión, radio..., que se prolonguen durante la noche); hacer ejercicio regularmente, pero nunca más allá de las 20 horas; y evitar la siesta. Por otra parte, es importante quedarse dormido en la cama ( no en el sofá ), y si se despierta durante la noche y no puede conciliar el sueño después de 20 minutos, no se angustie, puede incorporarse y realizar una actividad tranquila ( leer o escuchar música relajante). Cuando se sienta con sueño, vuelva a acostarse e inténtelo de nuevo. Si aún no puede conciliar el sueño en 20 minutos, repita el proceso, pero siempre en la habitación. Y, por último, a cualquier edad hay que tener en cuenta que la cama es sólo para dormir. Debemos educarnos para disfrutar del sueño.
- Fuente: elmundo.es