Mantener una adecuada rutina para irse a dormir, que proporcione una cantidad de sueño adecuada cada noche entre 7 y 8 horas- es fundamental para la buena salud del cerebro. Menos de seis horas de sueño se asocian con mayor riesgo de accidentes cerebrovasculares.
Para que el sueño sea reparador es importante tratar desórdenes que puedan alterarlo, como la apnea obstructiva.
En los últimos años se está centrando la atención en algunos trastornos del sueño, que pueden ser un síntoma centinela de patologías neurodegenerativas, por lo que conviene consultar al especialista.
La falta de sueño puede también provocan “ansiedad y depresión, que, cuando se cronifican, son factores de riesgo de alzhéimer“, advierte el doctor Viñuela.
Fuente: Alzheimer Universal