Actualmente la enfermedad de Alzheimer no cuenta con un tratamiento curativo, sin embargo existen terapias farmacológicas y no farmacológicas (intervenciones psicosociales) que pretenden ralentizar el proceso de deterioro, procurando mantener el máximo tiempo posible la autonomía y las capacidades preservadas.
En este punto es fundamental la investigación científica acerca de la enfermedad en busca de nuevas alternativas terapéuticas que mejoren el estado y la calidad de vida de los afectados por la enfermedad de Alzheimer y sus familiares. La Confederación Española de Alzheimer (Ceafa) defiende este ámbito y, de hecho, una de sus líneas de actuación es la de apoyar la investigación básica, clínica y social, como centro para encontrar la solución al problema del alzhéimer.
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