Suelen afectar a las personas mayores y no existe un tratamiento efectivo para erradicarlas. Sin embargo, sí podemos identificar los primeros signos de las demencias y, así, ralentizar su avance. Te explicamos qué debes saber.
El aumento de la esperanza de vida en la sociedad occidental ha hecho más visibles y comunes las enfermedades neurodegenerativas, que normalmente afectan a las personas de mayor edad. Aunque la más común es el alzhéimer, existe un amplio abanico de demencias que, cuando empiezan a dar la cara, evidencian cambios físicos y conductuales en las personas que las padecen.
Entre los cambios relevantes uno de los más visibles tiene que ver con el patrón de marcha, la forma característica con la que cada uno caminamos, una especie de 'huella dactilar' con la que también se nos reconoce y que se ve alterada en caso de alguna enfermedad neurodegenerativa, ya que, cuando aparece la patología, nuestros pasos se vuelven más cortos. «Cuando eso ocurre debemos pensar que algo podría estar pasando en el cerebro de la persona que lo sufre», explica José Antonio López Trigo, presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). Sin embargo, el especialista advierte de que no siempre un cambio en el patrón de marcha es sinónimo de una demencia. Por ejemplo, también podría ser la consecuencia de un problema de artrosis en pies, rodillas o caderas.
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