@gnagore Gracias, Telefónica, el desconeccting people tiene sus ventajas. En el fondo, siempre estáis pensando en nuestro bienestar.
Y digo esto porque un futbolero convicto y confeso como yo -más que futbolero, de Osasuna, que poco tiene que ver con el fútbol- se enteró del inicio de la Eurocopa al llegar a Castres y ver en un bar que polacos y griegos ya habían iniciado el rito de masas de sacudirle patadas al balón, para alborozo de gobernantes y banqueros que ven cómo el personal se toma una tregua de unos cuantos días con las cosas del comer y van a poder seguir perpetrando ekintzas con menos agobio. Sabía que había Eurocopa, como sé que hay Juegos Olímpicos en Londres, pero me ha pillado con el pie cambiado, como casi todo lo que sucede a mi alrededor en los últimos tiempos, salvo las que hace el rey, porque las hace muy gordas, y lo de los fenómenos de Bankia, que salen hasta en la tele francesa como escándalo monumental; aunque en la tele de allá supongo que les lavarán la cara, como siempre.
Y lo cierto es que creo que no me estoy perdiendo nada. Al contrario. Contemplar los paseos en torno a la Garonne en Toulouse, cruzar el puente Neuf, visitar la imponente catedral de Saint Etienne, recorrer 40 kilómetros a la vera del Canal de Midi hasta Villafranche de Lauragais, con sus barcos estilo Nueva Orleans atracados, o entrar en Castres creo que merece mucho más la pena que seguir a diario las desventuras de los recortadores, la nueva raza surgida en la piel de toro.
plan de alzheimer
Más dinero
En Toulouse, hablando con dos mujeres de la asociación de familiares de Alzheimer de la Haut-Garonne, me comentaban que la discusión en Francia en estos momentos no es recortar las ayudas al vigente Plan Nacional de Alzheimer, sino aumentarlas. Y en Francia, aunque no tengan a los fenómenos de Bankia y especies del mismo pelo, tampoco están para echar cohetes. El camino sigue con los paisajes y trazados que se pueden observar desde Pau, con la vista ya puesta en las próximas jornadas montañosas a través de los parajes del Haut-Languedoc y que me llevarán a encontrarme con el tercer mar de la aventura, el mediterráneo que se abrirá a mi llegada a Montpellier, después de haber iniciado el camino en el Atlántico y recorrer más de 600 kilómetros bajo la lluvia observando el Cantábrico.
Y a punto de llegar a Castres, tuve la fortuna de cruzarme en el camino con el donostiarra Luis Fer, que iba en bici desde Arles a Puente la Reina y me descubrió la página web de Peter Robins, una enciclopedia de todos los Caminos a pie por Europa que creo que me va a permitir seguir sendas más o menos trazadas hasta Trieste, aunque esto ya es otra historia.
Fuente: noticiasdenavarra.com