Según una investigación de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza y publicada esta semana en Nature , potenciar la respuesta de las células ante el estrés reduce la acumulación de la proteína beta-amiloide.
La investigación ha sido realizada en células y modelos animales, y llega a la conclusión de que fomentar la respuesta de la células ante el estrés, podría convertirse en el futuro en una estrategia para prevenir y retrasar la progresión de enfermedades caracterizadas por la agregación de beta-amiloide, como el alzheimer.
El alzheimer es la principal causa de demencia en todo el mundo. En las personas afectadas, la proteína beta-amiloide se acumula en las neuronas a lo largo de años, entorpece su funcionamiento y acaba provocando que las células cerebrales mueran. Los enfermos experimentan un deterioro cognitivo que progresa irremediablemente con el avance de la enfermedad, que todavía carece de tratamientos que alteren su curso.
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