Diagnosticar el Alzheimer cinco años antes de los primeros síntomas reduce a la mitad el número de pacientes en 50 años según ha afirmado la neuróloga y directora de la Unidad de Demencias del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia, Carmen Antúnez Almagro, en el marco del Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), que se celebra hasta el viernes en Murcia.
En este congreso, se abordan -entre otros muchos temas-, las líneas de investigación actuales en torno a esta enfermedad y su diagnóstico, y tiene como objetivo principal detectar el Alzheimer en etapas tempranas. "Por ello, las líneas de investigación se dirigen, en concreto, a identificar la fase conocida como deterioro cognitivo leve (DCL), que está considerada como el límite entre el envejecimiento normal y la demencia. Así, las personas con DCL suelen tener problemas de memoria, pero sin que les afecte de forma excesiva en su vida cotidiana", ha señalado la doctora Antúnez.
Sin embargo, en numerosas ocasiones los síntomas de envejecimiento normal se confunden con los síntomas de demencia, que suelen aparecer a partir de los 65 años de edad, por lo que la investigación actual se centra en mejorar el diagnóstico en las fases tempranas.
En relación, existen una serie de sustancias, presentes en el cerebro (en el líquido cefalorraquídeo), en las primeras etapas que dan pistas muy eficaces cuando hay pocos síntomas. "Estos compuestos, junto a una correcta evaluación clínica y a una exploración psicométrica de las áreas cerebrales afectadas, son muy útiles para ayudarnos a realizar el análisis", ha explicado la doctora.
Además, también se está investigando el llamado 'Medical Food', unas sustancias que aportadas a la dieta pueden ayudar a ralentizar el paso de las fases de DCL al Alzheimer.
PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO
La actitud y las actividades del día a día son muy importantes para prevenir o, al menos, proteger ante el riesgo de Alzheimer. En este sentido, resulta clave vigilar posibles alteraciones vasculares secundarias como la hipertensión, la diabetes, el colesterol, la obesidad o el tabaco, que aumentan el riesgo de padecer la enfermedad de forma considerable.
"Ejercitar la mente realizando pasatiempos o incluso aprendiendo un idioma nuevo son algunas de la actividades que aumentan la reserva cognitiva, lo cual actúa como protección ante el Alzheimer", ha afirmado la doctora Antúnez.
En cuanto al ejercicio físico moderado, también resulta importante para evitar esta dolencia, al igual que mantener una actitud optimista que evite la depresión, pues esta también puede ser determinante a la hora de sortear la enfermedad. "En muchos casos, el deterioro cognitivo leve puede comenzar asociado a síntomas depresivos o a otras alteraciones de conducta", ha añadido la experta.
Por último, una vez que la enfermedad está diagnosticada, existen recursos farmacológicos para tratarla, como los inhibidores de la acetilcolinesterasa y la memantina, y un fármaco para bloquear los receptores NMDA.
Fuente: lainformacion.com