Atendiendo a los datos del Instituto Nacional de Estadística, en 1996 la esperanza media de vida era de 78 años, promedio que actualmente se sitúa en 83 calendarios. Progresiva y destacada gráfica de crecimiento que adquiere velocidad de crucero entrados ya en la segunda mitad de la pasada centuria. En opinión de los expertos en la materia, actualmente el ritmo de aumento de la expectativa de vida se mantiene constante, en torno a los tres meses y medio anual, de forma que cada cuatro años se gana uno.
Esa sin duda es la buena noticia, la mala, que a más edad, mayor posibilidades de verse afectado, entre otras circunstancias, por una enfermedad neurodegenerativa, como el Alzheimer, cruel donde las haya, para el enfermo, para el cuidador y para la familia.
Lo que en la década de los 70 del pasado siglo, se definía, popularmente, como falta de riego, algo muy puntual, no era más que el inicio de lo que, ahora, casi 50 años después representa un serio, amplio y creciente problema de salud, identificado con nombre propio, Alzheimer.
En este contexto, valga reseñar que en Ordizia la sensibilidad sobre la enfermedad del Alzheimer, viene de muy atrás.
Así las cosas, en este recorrido temporal, hace, exactamente 21 años, concretamente en los primeros días de 1996 el aumento de casos en el municipio llevaba al inquieto ciclo de charlas en torno a la salud que organizaba y organiza el centro social Zuhaizti a programar varias conferencias centradas en orientar, fundamentalmente a los cuidadores de enfermos, a la hora de enfrentarse al problema, dada la poca experiencia existente al respecto.
A las pocas semanas, de la mano del departamento de Bienestar Social del Ayuntamiento en colaboración con la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer (Afagi) creada, dicho sea de paso, en 1991, surgía el grupo de cuidadores de enfermos de Alzheimer como foro de puesta en común, de intercambio de experiencias, sin duda de desahogo, y como herramienta con la que evitar, en lo posible, que el cuidador, tarea en la que habitualmente el mayor peso siempre recae en la misma persona, las consecuencias de esa dedicación constante al enfermo; agotamiento, desorientación, enfado, aislamiento, inseguridad, etc.
Grupo que desde entonces, con periodos de mayor o menor actividad y asistiendo al lógico trasiego de personas se ha venido reuniendo cada 15 días, los miércoles por la tarde, en el centro social Zuhaizti. Grupo que ante la cada vez mayor respuesta por parte de las instituciones a la hora de hacer frente a la enfermedad ha ido perdiendo protagonismo. Valga reseñar, sin ir más lejos, la puesta en marcha, por ejemplo, del centro de día, ubicado en el mismo edificio del Hogar.
En cualquier caso, la asociación Afagi sigue brindando en el Hogar el 'Programa de información, apoyo y asesoramiento sobre el Alzheimer' y atiende, en la propia entidad de la Arboleda, previa solicitud de cita, a cuentas consultas individuales se le reclaman (telf. 943297118)
De la misma manera, a lo largo de estas dos décadas, Afagi, Zuhaizti y el Ayuntamiento han llevado a cabo una amplia labor informativa, formativa con talleres; manejo de la alteración de la conducta, del propio, enfermo, etc, evidentemente de prestación de servicios, y de prevención, tarea en la que ahora toca redoblar esfuerzos.
Fuente: diariovasco.com