La enfermedad de Alzheimer puede crear trastornos familiares significativos. Los roles y responsabilidades de los miembros de la familia cambian y cada uno gestiona estos ajustes de forma diferente; por lo tanto, no es sorprendente que aparezcan conflictos. Algunos miembros de la familia estarán interesados en entender la enfermedad, mientras otros, tal vez, nieguen el problema.
Inicialmente serán el médico de atención primaria y el especialista (neurólogo) la principal fuente de información; posteriormente serán las Asociaciones de Familiares (AFAs) quienes probablemente le acompañen durante todo el proceso de enfermedad.
La persona responsable de un familiar con la enfermedad de Alzheimer puede experimentar un rango de emociones naturales en respuesta a la enfermedad. Estos sentimientos, que pueden incluir frustración, enfado, miedo y tristeza, así como preocupación, pueden ser gestionados mejor hablando con profesionales y con otras personas que están pasando o ya han pasado por la misma situación. Más allá de las reacciones naturales frente a la enfermedad, el cuidador principal y su familia pueden experimentar altos niveles de estrés. De hecho, se calcula que un gran número de ellos experimentan, en algún momento del proceso, serios problemas psicológicos y de salud. De ahí que sea muy importante estar atentos a síntomas tales como negación, enfado, alejamiento de la vida social, ansiedad, depresión, agotamiento, falta de sueño, irritabilidad, falta de concentración y problemas de salud, entre otros.
Aquellos miembros de la familia que no son responsables del cuidado directo también pueden experimentar efectos psicológicos como resultado de la enfermedad de Alzheimer. Algunos pueden sentirse descuidados porque sus necesidades se han transformado en secundarias. Los niños, por ejemplo, pueden estar confundidos, asustados y celosos, de ahí que buscar orientación y asesoría familiar pueda ayudar a trabajar con estas emociones y con los cambios en los roles familiares.
Como respuestas normales, las familias enfrentadas a la enfermedad de Alzheimer pueden pasar a través de cinco etapas de ajuste: negación, sobreprotección, enfado, culpa y aceptación. Estas respuestas pueden ocurrir independientemente una de la otra y no necesariamente en ese orden. La aceptación y toma de consciencia de este proceso como algo natural es tan importante como necesario.
Fuente: Alzheimer Universal