«El alzhéimer es una enfermedad mediática, aunque en realidad es bastante desconocida para todos. Hay mucha información errónea circulando por todos partes, pero no está bien interpretada y eso produce confusión entre la población». La médico adjunto del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Central de Asturias, Rocío Álvarez Escudero, abrió ayer, con una charla sobre el alzhéimer, el ciclo de conferencias 'Hoy hablemos de salud' que acoge la Sala de Ámbito Cultural de El Corte Inglés. Durante su exposición, comentó que es muy común confundir la demencia con el alzhéimer: «Hay que tener en cuenta que no hay prácticamente ninguna diferencia entre una y otra. La demencia no es ninguna enfermedad, sino que es un síndrome que incapacita la realización de las actividades diarias. Las causas de la demencia pueden ser por varias enfermedades, aunque en el 60% de los casos es producida por el alzhéimer», explicó.
El alzhéimer es una enfermedad neurodegenerativa que supone la muerte de las células nerviosas o neuronas y la progresiva atrofia de determinadas zonas del cerebro, lo que implica una pérdida de la memoria episódica para hechos recientes progresiva, a la que se le añaden posteriormente otras alteraciones como la dificultad para orientarse, expresarse o la comprensión de problemas. «En España cerca de 600.000 personas padecen la enfermedad, estimándose que dentro de 35 años esta cifra podría llegar al millón y medio. Se calcula que cada año se detectan 40.000 nuevos casos», expuso Escudero basándose en los datos proporcionados por la Sociedad Española de Neurología. «Este gran incremento de la enfermedad se debe al envejecimiento de la población, donde se dan la mayoría de los casos», añadió la especialista del HUCA.
En la actualidad no existe tratamiento que retrase o detenga el proceso de la enfermedad, pero hay un cierto tratamiento paliativo basado en fármacos y en la estimulación cognitiva. «Conocemos algunos factores de riesgo como pueden ser la genética, la edad, la raza o el sexo. Pero no disponemos de ningún biomarcador de diagnóstico, como en otras enfermedades, lo que complica todavía más el estudio y el avance del alzhéimer».
Fuente: elcomercio.es