Reforzada por el grueso caparazón del desconocimiento con el que se mantiene a cubierto, el alzhéimer, una de las enfermedades más temidas por su extraordinaria crueldad para el paciente y los que le rodean, amenaza con convertirse «en un futuro inmediato en uno de los males más devastadores para el ser humano», según alerta el neurólogo Mariano Otal, quien resalta que «es una enfermedad muy prevalente en relación con el envejecimiento de la población y estamos viendo que las expectativas de vida crecen y la supervivencia es cada vez mayor, por eso crece el riesgo de la población de demenciarse y, cuando hablamos de demencia, hablamos del alzhéimer fundamentalmente».
De hecho, la mortalidad del alzhéimer se ha triplicado en la región en la última década y media, al pasar de medio centenar de fallecidos anuales registrados entre 1999 y el 2002 a los 156 contabilizados en el 2013, el peor de la serie histórica recogida por el INE, según la estadística 'Defunciones según la Causa de la Muerte' hecha pública hace unos días por el INE. De los 156 fallecidos en el 2013, 108 mujeres (69,2%) y 48 hombres, sólo 5 tenían menos de 75 años y 101 habían rebasado ya los 85.
Con una dramática nómina riojana de 1.156 muertes en los últimos diez años, se calcula que en la región hay unos 4.000 afectados. Con 700.000 enfermos en España y 24 millones en el mundo, el futuro no pinta bien, ya que se calcula que el número de personas con alzhéimer y otras demencias se habrá duplicado en cinco años y triplicado en el 2059.
Con el 6% de los mayores de 65 años afectados, la cruel enfermedad duplica su tasa por lustros: 12% a los 70, 24% a los 75, 48% a los 80..., el incremento en sus tasas de mortalidad llega, además de por los diagnósticos más certeros, por el citado envejecimiento poblacional.
El problema clave es que cantidades ingentes de dinero y miles de horas de investigación no han servido, de momento, para alumbrar pista alguna que permita desvelar las causas de su aparición y desarrollo. Sin diagnóstico precoz aún y con la única certeza hoy de que la temible enfermedad neurodegenerativa progresiva es irreversible, su curación se antoja hoy una quimera.
«Estamos sin ningún tratamiento, sin nada que no sea paliativo, aunque las personas afectadas por alzhéimer están mejor cuidadas y su superviviencia es mayor», resume el doctor Otal, quien asevera que «no sabemos apenas nada de esta enfermedad, conocemos las lesiones y sus consecuencias, pero ignoramos el por qué ocurre. Son todo hipótesis y especulaciones, pero nada que hasta ahora haya podido influir o proponer soluciones terapéuticas».
Sin avance alguno tampoco en la vía farmacológica, el neurólogo prefiere no caer en el pesimismo: «Muy probablemente en un futuro muy próximo las tecnologías van a avanzar y nos permitirán disponer de un diagnóstico precoz, que será lo que nos pueda abrir camino a una solución, ya que el problema actual es que el alzhéimer empieza entre 10 y 15 años antes de que se presenten los primeros síntomas, con lo que los afectados llegan hoy con daños graves e irreversibles en el cerebro y ya hay muy poquito que hacer».
Fuente: larioja.com
