Según un estudio dirigido por investigadores del Centro Monell de los Sentidos Químicos en Filadelfia (EE.UU.) y del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), un marcador que podría ser fiable y que permita diagnosticar el alzhéimer de forma temprana, mucho antes de aparezca el deterioro cognitivo propio de la enfermedad. podría encontrarse en la orina. O más concretamente, en el olor de la orina.
Como explica Bruce Kimball, director de esta investigación publicada en la revista «Scientific Reports», «nuestros estudios previos se habían centrado en los cambios de olor provocados por fuentes exógenas como los virus y las vacunas. Y ahora hemos visto que las señales odoríferas en la orina pueden ser alteradas por cambios en el cerebro que se producen comúnmente en la enfermedad de Alzheimer».
Tal es así que, dado que las señales odoríferas aparecen en la orina antes de que se presenten los síntomas clínicos de la enfermedad, es posible que puedan ser utilizadas para desarrollar una prueba no invasiva para su diagnóstico precoz. Es más; «este hallazgo también podría tener implicaciones para otras enfermedades neurológicas», destaca Bruce Kimball.
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