A pesar de la intensa situación de crisis económica que vive el país, debemos reconocer que España cuanta con un magnífico sistema sanitario que debemos proteger, y con unos grandes profesionales dedicados a cuidar de nuestra salud y bienestar. Es, en parte, responsable de que nuestra esperanza de vida se haya visto incrementada en los últimos años. Creo que podemos afirmar que “estamos en buenas manos”.
Pero, como todo en esta vida, todo lo bueno se puede mejorar y, por ello, me permito compartir con los profesionales de la salud una serie de reflexiones desde la experiencia de haber sido, durante muchos años, cuidador de dos personas con alzhéimer.
Una persona con Alzheimer no es un paciente más, no es un paciente normal capaz de informar al médico sobre lo que le ocurre a su salud. El paciente con alzhéimer habla por la boca de su cuidador familiar que es quien conoce cómo se encuentra en cada momento y quien mejor puede informar al médico sobre el objeto de la consulta concreta. Por ello, ya no es cuestión de pedir que el facultativo tenga más paciencia con estos casos; es cuestión de que sea más sensible a la situación que se genera en la consulta.
Para más información: Redacción Médica