Determinar el grado de atrofia cerebral, las alteraciones del metabolismo cerebral de glucosa que denotan el tipo de neurodegeneración y la identificación de depósitos de sustancia amiloide, son variables clave para el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer que nos proporcionan los biomarcadores de imagen en la tecnología PET/RM. La combinación de estos con herramientas de inteligencia artificial, capaces de traducir la imagen médica en datos cuantificables, permiten orientar una evaluación precoz y precisa resultando, además, la opción diagnóstica menos agresiva para el paciente.
Y es que, a pesar de que el Alzheimer es en la actualidad la enfermedad neurodegenerativa que más prevalece en nuestro país, sigue siendo una de las patologías más difíciles de diagnosticar de forma precoz y puede, además, confundirse con otros tipos de demencia. De hecho, según la Sociedad Española de Neurología (SEN), se calcula que afecta a unas 900.000 personas, a las que las que se suman unos 40.000 nuevos diagnósticos/año, y entre un 30 y un 40% de los afectados por la enfermedad está sin diagnosticar.
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