Antonio Saura celebró la belleza de Brigitte Bardot a finales de los años 50 con tres cuadros. Uno de ellos está en el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante y este lunes bailaban enfrente de él un grupo de personas a ritmo de música de la época. Este es el inicio de la quinta edición de un proyecto emblemático para el centro.
Ya son cinco los años que lleva el MACA organizando el proyecto Reminiscencias. En él tratan de usar el arte como terapia frente al Alzhéimer, ya sea como fuente de recuerdos o como una forma de que puedan disfrutar de su ocio en un museo.
En la presentación de esta nueva edición el edil de Cultura Daniel Simón anunció que al final de este año se publicará un libro sobre el tema. Rosa Castells, la responsable del centro, explicó que a cada uno de los 16 participantes se les entrega al empezar un cuaderno R, con el que ir trabajando durante el curso. Este peculiar cuaderno de artista cuenta con un prefacio personalizado para cada uno de ellos y les servirá como un álbum para introducir sus recuerdos y experiencias.
Como novedad este año las sesiones pasarán de ser mensuales a quincenales. Estas se realizarán alternando el museo con la sede de la asociación de familiares de enfermos de Alzhéimer, AFA, de manera que se pueda aprovechar mejor lo trabajado en las actividades artísticas. En estas, como la que describíamos al principio, se buscan las «obras que permitan tirar del hilo en el que la emoción sea protagonista de la visita».
Si el baile era el protagonista de la apertura del curso, en otros casos han aprovechado la gastronomía, los cuentos o la danza para estimularlos. Castells recuerda con emoción como ante la obra Autorretrato de Carmen Calvo, una autobiografía que la artista valenciana construyó a base de objetos, una mujer recordógracias a una plancha que aparecía que ella se había cosido su traje de novia y cómo fue el viaje de novios que tuvo. A su marido le saltaron las lágrimas porque no se había acordado de aquella historia nunca más. Como resumió, «se trata de sacar la emoción a flor de piel».
«Es una arma cognitiva muy potente», destacó el gerente de AFA Pablo López. Este explicó que mediante el programa se consiguen «generar otra serie de aprendizajes que nacen de las emociones y eso hace que el usuario genere otras capacidades que creía que no podía desarrollar».
Convertido en una herramienta terapéutica más que usan desde la asociación, López señaló que esta es una idea que más quieren copiar, pero lamentablemente no pueden. La falta de recursos y otros apoyos es uno de los problemas a los que se enfrentan. Por eso afirmó sentirse orgulloso de la relación que mantienen con el MACA «porque los resultados evidentes mejoran la vida de las familias y los enfermos».
El programa que desarrollan en el MACA, de hecho, empezó sin presupuesto, como recordó Castells. Surgido en colaboración con Cigarreras cuando lo dirigía Gertrud Gómez, el centro acabó heredando esta labor y para este año cuenta con 3.000 euros de presupuesto. Simón anunció su intención de aumentar la partida dedicada al museo para que puedan aumentar las cantidades a estas actividades. «Este año habrá un aumento de cultura en general y del MACA en particular», dijo. Eso sí, «sigue siendo injusto hasta que entren otros patronos que no está a la altura de lo que es el museo».
Fuente: elmundo.es