"Aunque estudios anteriores encontraron una asociación entre la enfermedad de Alzheimer y bajo IMC, los nuevos hallazgos sugieren que no es una relación causal", afirma el autor principal del estudio, Ruth Frikke-Schmidt, de 'Rigshospitalet' en Copenhague, Dinamarca, y profesor asociado de investigación en la Universidad de Copenhague.
"La asociación probablemente puede explicarse por el hecho de que las personas con enfermedad de Alzheimer son más propensos a tener un IMC bajo debido a la pérdida de apetito y la pérdida de peso en las primeras etapas de la enfermedad", plantea este investigador.
Más de 5 millones de estadounidenses padecen la enfermedad de Alzheimer, de acuerdo con el Informe de 2017 sobre hechos y cifras de la Asociación de Alzheimer. La enfermedad afecta al cerebro y es una forma común de demencia; la sexta causa principal de muerte en Estados Unidos.
Para examinar la asociación entre la enfermedad de Alzheimer y el bajo IMC, los investigadores analizaron muestras de sangre y ADN de 95.578 participantes en el Estudio de Población General de Copenhague (CGPS). De los participantes, 645 individuos desarrollaron la enfermedad de Alzheimer.
Los autores analizaron el ADN de los participantes del estudio para ver la presencia de cinco variantes genéticas que tienen fuertes asociaciones con el IMC. Sobre la base de cuántas variantes se encontraron, se dividió a los participantes en cuatro grupos para reflejar la probabilidad de bajo IMC. También se analizaron datos de hasta 249.796 individuos que participaron en el consorcio de Investigación Genética de Rasgos Antropométricos (GIANT, por sus siglas en inglés) sobre las variantes genéticas estrechamente vinculadas al bajo IMC.
El análisis encontró que la presencia de las variantes genéticas vinculadas a un bajo IMC no se asoció con un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer. Para comparar, los investigadores examinaron si los individuos con las variaciones genéticas conectadas al IMC alto presentaban más probabilidades de tener diabetes del tipo 2 y hallaron la relación causal esperada.
"Encontramos que los individuos con bajo IMC durante toda la vida debido a la variación genética no estaban en mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer", sentencia Frikke-Schmidt. Los hallazgos destacan que probar la causalidad de un factor de riesgo es fundamental antes de considerar cambios en las recomendaciones de salud pública basadas únicamente en datos observacionales.
Fuente: lainformacion.com