Vila-real finalizará las obras del nuevo centro de día para enfermos de alzhéimer durante el primer semestre del año, tal y como confirmó ayer a Mediterráneo el presidente de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer de Castellón (AFA), Emilio Marmaneu. Los trabajos ya se encuentran en su recta final y, tras su culminación, el edificio se pondrá en marcha, aunque no lo hará con la función con la que se había ideado en un principio.
Y es que debido a la falta de subvenciones, el inmueble se pondrá en marcha como unidad de respiro, por lo que solo se hará uso del 30% de las instalaciones. Marmaneu explicó que “este servicio se trasladará a la nueva infraestructura que, de momento, solo se dedicará a esta prestación”. Para este año no se prevé ninguna ayuda debido a los recortes, con lo que la entidad no podrá contratar al personal necesario para el centro de día. Esto provoca que, “de momento, sea solo unidad, pero confiamos que en el 2013 el espacio pueda activarse para dar la prestación completa”, indicó.
Eso sí, se podrá duplicar la asistencia, ya que, hasta ahora, 40 familias se beneficiaban de esta y, a partir de este año, “lo podrán hacer hasta 80”, señaló Marmaneu.
Y es que dispondrán de un espacio de 400 m2 para ello, lo que supone que multiplica por cuatro la superficie con la que cuentan ahora, que es de unos 100 m2.
Otra de las ventajas del cambio es que la asociación se ahorrará el alquiler del local que usan.
Para funcionar, se tendrá que compartir personal con la unidad de Castellón. “El psicólogo o el asistente técnico sanitario acudirán uno o dos días a la semana y combinarán sus funciones entre ambos centros”, indicó.
DIFERENCIAS // Los centros de día para pacientes que sufren esta dolencia tienen como objetivo descargar a los familiares en el cuidado del enfermo y trabajar las capacidades preservadas para mantener su autonomía. Entre otras actividades, se realizan terapias cognitivas, fisioterapia, musicoterapia, control sanitario, animación sociocultural e integración con las familias.
Para activarlos, son necesarios psicólogos, fisioterapeutas, médicos o trabajadores sociales, entre otros. Por otro lado, las unidades de respiro realizan talleres de estimulación cognitiva y realizan diversas tareas lúdicas, pero sin el control médico y sin necesitar tanto personal cualificado.
Los recortes en las subvenciones han provocado retrasos en los pagos del personal de los centros de la provincia. Además, para este año, la Conselleria de Bienestar Social no prevé aportar subvenciones para las sedes.
Fuente: elperiodicomediterraneo.com