Se prevé que la población afectada por la enfermedad del Alzheimer en unos años se triplique a nivel mundial. Si se confirman las previsiones, sería entonces cuando esta enfermedad se convertiría en una epidemia sanitaria.
Son voces de alarma, pesimistas, sí, pero necesarias para que las administraciones públicas tomen conciencia sobre una enfermedad que va en aumento.
Lo prueban casos como los del Alzheimer precoz, de los que pueden dar buena cuenta en la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Tierra de Barros, en la que ya han visto tres, uno de ellos, a una persona de 44 años.
Por eso es tan importante tomar conciencia, para que se destinen los recursos necesarios para que, al menos, y una vez detectados los casos, se ralentice la enfermedad. En este objetivo, la aplicación de terapias especializadas, por parte de profesionales es fundamental.
En el centro de día del Alzheimer, que gestiona esta asociación, hay una decena de profesionales, fisioterapeutas, sicólogos, trabajadores sociales, gerocuidadores o terapeutas ocupacionales que trabajan para una treintena de enfermos.
Pero para dar, aún más, una asistencia profesional a los enfermos, que llegan desde todos los puntos de la comarca, se han iniciado sendos programas innovadores para sumar una musicoterapeuta y una logopeda al elenco de profesionales.
Estos programas novedosos se han podido llevar a cabo gracias a las ayudas económicas de la Diputación de Badajoz y de Cajalmendralejo, que financiarán el trabajo de dos profesionales hasta final de año. Entonces será el momento de volver a solicitar las ayudas, para intentar prorrogar su trabajo.
Musicoterapia
En opinión de Paloma Pascua Márquez, responsable de la musicoterapia, esta técnica tiene importantes beneficios, ya que permite trabajar la memoria, las reminiscencias del pasado con canciones conocidas para los usuarios. Pero, además, se trabaja la sicomotricidad con la utilización de instrumentos sencillos como las maracas.
Por su parte, la logopeda Sandra Casado apuntó que el objetivo es «intentar reservar el lenguaje lo máximo posible» en los enfermos, así como su autonomía, lo que, a su vez, hace que se retrasen los efectos del Alzheimer. Ahora hay 28 enfermos en el centro.
Fuente: hoy.es