El edificio municipal que alberga el centro de día y parte de la residencia de la tercera edad de Pollença es ya una realidad, tras años de espera. El Consistorio inauguró ayer de manera oficial las instalaciones en medio de una gran expectación vecinal, justo cuando se cumple una década de la colocación de la primera piedra.
El dilatado retraso de la puesta en funcionamiento del centro, con un coste de 2,5 millones de euros, tiene su explicación en el desplome económico de las dos constructoras que debían levantar el edificio y a diferentes problemas administrativos y económicos del Consistorio.
La inauguración contó con la asistencia de numerosas autoridades, encabezadas por la consellera de Servicios Sociales, Sandra Fernández, y por el alcalde de Pollença, Tomeu Cifre. El munícipe aseguró que "poder inaugurar el centro ha sido un reto personal y un acto de responsabilidad" y confesó que el de ayer "es uno de los días que me hacen sentir orgulloso de ser político y dejar muchas veces de dedicar tiempo a mi familia para destinarlo al municipio". La anécdota del acto surgió justo en el momento después de que las autoridades descubrieran la placa conmemorativa, cuando todos los presentes se sorprendieron al ver una pegatina de una camiseta verde en ella.
El centro de día será gestionado durante los próximos diez años por AFAMA, la asociación de familiares de enfermos de Alzheimer, al llegar a un acuerdo de cesión gratuita de las instalaciones por parte del Consistorio. Un sector del edificio acogerá una parte de la residencia municipal en la que vivirán los 18 usuarios que necesitan más cuidados. El resto de residentes se alojarán justo al lado, en la antigua residencia que actualmente está siendo reformada.
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