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El cerebro podrá «limpiarse» de las proteínas causantes del alzheimer

La investigación para tratar el alzheimer avanza rápidamente gracias a la medicina personalizada y, en los próximos cinco años, los tratamientos podrían evolucionar desde las pastillas actuales hasta el ingreso hospitalario para "limpiar" el cerebro de las proteínas que causan la enfermedad.

Así lo ha explicado hoy el doctor Luis Fernando Agüera, psicogeriatra del Hospital 12 de Octubre de Madrid e investigador del alzheimer, en un encuentro informativo sobre medicina personalizada, una corriente que ha revolucionado en los últimos años los tratamientos para ésta y otras enfermedades como el cáncer.

La medicina personalizada consiste en confeccionar un tratamiento para cada paciente, tras evaluar factores como los biomarcadores, la información contenida en sus genes, sus antecedentes familiares y su historia clínica, con el objetivo de aumentar su eficacia contra la enfermedad y reducir los riesgos para la salud y el gasto económico.

Los cada vez mayores recursos destinados a la investigación del alzheimer y la aplicación de estas técnicas han permitido que se produzcan avances "importantes" en los tratamientos para paliar los síntomas o retrasar el progreso de la enfermedad, y mejoras en los resultados de la segunda generación de vacunas.

Según Agüero, los nuevos tratamientos seguirán dos vías: la de la prevención, para tratar de evitar que aparezcan en el cerebro las proteínas que destruyen las neuronas y causan el alzheimer, y la que tratará de eliminarlas cuando ya hayan aparecido.

Estos tratamientos "no serán como los que tenemos ahora, basados en pastillas, sino que consistirán cada vez más en ingresar al paciente en un hospital para intentar limpiar de su cerebro estas proteínas", ha precisado el doctor.

Sin embargo y según ha subrayado Agüera, "no vamos a disponer de nada espectacular antes de cuatro o cinco años".

En cuanto a los progresos en el diagnóstico, el análisis de los biomarcadores presentes en el cerebro ha permitido que ya se pueda diagnosticar a personas que se encuentran en la fase de deterioro cognitivo leve, aquella en la que aparecen los primeros síntomas y pérdidas de memoria y que, en la mayoría de los casos, desembocará en la aparición de alzheimer.

Para los próximos años, el reto consistirá en diagnosticar a personas que aún no tienen síntomas, pero que desarrollarán la enfermedad cuando envejezcan.

"Entre veinte y treinta años antes de que las personas que tendrán alzheimer empiecen a sufrir pérdidas leves de memoria, ya se ha producido una modificación en su cerebro que esperamos que, en un futuro, nos permita diagnosticar la enfermedad antes de que se manifieste", ha asegurado Agüera.

Las aplicaciones de este tipo de medicina en algunos tumores ha originado "una corriente de optimismo" entre los profesionales, según ha explicado Fernando López, doctor y director del Laboratorio de Dianas Terapéuticas del Centro Integral Oncológico Clara Campal (CIOCC).

López espera que la mortalidad por cáncer disminuya aún más gracias a avances como los test genéticos, unas pruebas que ya se aplican en algunos hospitales españoles y que permiten aventurar cómo responderá un paciente al tratamiento que se le receta.

Los tratamientos basados en estos exámenes han tenido, hasta ahora, resultados "muy satisfactorios y esperanzadores" en algunos tipos de cáncer de pulmón, como el que se produce por la alteración de algunos genes muy concretos (como el ALK), y en algunos de mama.

Por el momento y en espera de los avances de la ciencia, los doctores han hecho hincapié en la prevención y en los hábitos saludables, como el ejercicio diario o el cuidado de la alimentación.

Con la colaboración de